La universidad parisina de la Sorbona ha reunido en la mañana de este lunes a investigadores internacionales, académicos y empresarios en un acto solemne organizado por el Palacio del Elíseo para lanzar un plan de atracción de talento a la UE. El presidente francés, Emmanuel Macron, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, han anunciado ahí un paquete de medidas que incluyen la inversión de 500 millones de euros en los próximos dos años para aprovechar las tensiones entre el Gobierno de Estados Unidos y las universidades de ese país y atraer a parte de esos investigadores cuyo trabajo se encuentra ahora amenazado por las políticas del presidente Donald Trump.
La jefa del Ejecutivo comunitario, en el discurso de clausura de la minicumbre, ha detallado algunas de las medidas previstas, como una ley europea (la European Research Area Act) que consagre la libertad científica como un derecho legal. “Queremos que el libre movimiento del conocimiento y los datos funcione igual que el del mercado único”, apuntó. “Lamentablemente, como han mostrado hoy sus debates, el papel de la ciencia en el mundo actual está siendo cuestionado. Se cuestiona la inversión en investigación fundamental, libre y abierta. Qué error de cálculo tan gigantesco”, ha insistido Von der Leyen.
La inversión inicial del plan Choose Europe for Science se canalizará a través de un paquete de 500 millones para 2025-2027 con el fin de atraer y retener talento. Además, se creará una beca de siete años en el marco del Consejo Europeo de Investigación (ERC) para apoyar a los mejores investigadores, incluyendo incentivos duplicados para quienes se trasladen a Europa. “De cara al futuro, apuntamos a que la inversión en I+D alcance el 3% del PIB para 2030 y presentaremos propuestas ambiciosas en el próximo presupuesto plurianual”. Todo ello irá acompañado de las mayores facilidades para que lleguen más investigadores a Europa. “Mejoraremos los vínculos entre talentos y centros de investigación, aceleraremos los procesos de visado y residencia, y apoyaremos a instituciones públicas y privadas para atraer talento global. La plataforma existente para conectar investigadores con empleos y orientación se reforzará aún más”.
La jornada ha continuado con una reunión de ministros europeos de investigación, por invitación de su homólogo francés, Philippe Baptiste. Este recibirá en su ministerio a presidentes de universidades y grandes institutos de investigación europeos, entre los que se encontraba también el secretario de Estado español de Ciencia, Innovación y Universidades, Juan Cruz Cigudosa.
El error de EE UU
Macron, como suele ocurrir tantas veces con él, aprovechó la cumbre que organizaba Francia para asimilar la idea de la UE a su propio país. El presidente de la República apuntó que “Europa debe convertirse en un refugio” y atacó directamente a la Administración Trump: “Nadie podía pensar que esta gran democracia del mundo, cuyo modelo económico se basa tan fuertemente en la ciencia libre, fuera a cometer tal error”. Además, el jefe de Estado anunció que Francia aportará 100 millones de euros, que se obtendrán de la reserva del plan Francia 2030. “Un investigador extranjero no remplazará a un investigador francés o europeo”, señaló para calmar los ánimos domésticos.
La paradoja en Francia es que esa iniciativa no se ve reflejada en el presupuesto, que ha reducido la partida en investigación en las cuentas recientemente aprobadas. Rivalizar con EE UU, más allá de la retórica política, se basará en una cuestión financiera, y hasta el momento no parece que Francia, en plena crisis y debate sobre cómo reducir su deuda en los próximos presupuestos, esté preparada para un asalto de este tipo a las grandes universidades estadounidenses.
La iniciativa, al mismo tiempo, ha creado un cierto resquemor entre los sindicatos franceses de la educación superior y la investigación, que la consideran “escandalosa, incluso indecente”, según ha publicado este lunes Le Monde. Denuncian la “crónica falta de financiación” del sector, las “fusiones forzadas” de instituciones, así como “los ataques casi constantes a la libertad académica”, recordando las polémicas en torno al wokismo en la universidad.
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