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Un tribunal de apelaciones restablece provisionalmente los aranceles de Trump

Primera victoria judicial de Donald Trump en la batalla contra la sentencia dictada por el Tribunal de Comercio Internacional de Estados Unidos este jueves. El Tribunal de Apelaciones de Washington ha decidido suspender cautelarmente la aplicación de la sentencia a la espera de entrar en el análisis del caso. El Gobierno de Trump había anunciado que acudiría al Tribunal Supremo este viernes para pedir la suspensión este viernes si no se suspendía previamente.

La sentencia del miércoles declaraba ilegales gran parte de los aranceles de Trump tras entrar en el fondo del asunto. La nueva resolución es mucho menos calado, pues no revoca la sentencia, sino que deja en suspenso su aplicación de forma cautelar mientras examina el caso. Aun así, es un alivio para el presidente.

“Se concede la solicitud de suspensión administrativa inmediata en la medida en que las sentencias y las medidas cautelares definitivas dictadas por el Tribunal de Comercio Internacional en estos casos quedan suspendidas temporalmente hasta nuevo aviso, mientras este tribunal examina los escritos de las mociones”, dice la resolución de cuatro páginas del tribunal.

“Se ordena a las partes que informen inmediatamente a este tribunal de cualquier medida adoptada por el Tribunal de Comercio Internacional sobre las solicitudes de suspensión pendientes de Estados Unidos”, añade.

“Se ordena a los demandantes-apelados que respondan a las solicitudes de suspensión de Estados Unidos a más tardar el 5 de junio de 2025. [El Gobierno de] Estados Unidos podrá presentar una única respuesta consolidada en apoyo de las mismas a más tardar el 9 de junio de 2025″, concluye.

Los jueces analizarán esos escritos y decidirán si mantienen la suspensión de la aplicación de la sentencia mientras entran en el fondo del asunto o si los aranceles quedan anulados entretanto. En ese último caso, el Gobierno de Trump —que aún no ha presentado su recurso sobre el fondo, pero ha anticipado que planea hacerlo—, podría retomar el plan de pedir al Supremo, de mayoría conservadora, la suspensión cautelar.

Trump guarda silencio por ahora, pero miembros de su equipo se han lanzado a atacar a los magistrados por su decisión. “Existe una tendencia preocupante y peligrosa de jueces no elegidos que se inmiscuyen en el proceso de toma de decisiones presidenciales”, afirmó en rueda de prensa este jueves la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, que considera que la sentencia es un ejemplo de “extralimitación judicial” y no de extralimitación del propio Trump.

“Estados Unidos no puede funcionar si el presidente Trump, o cualquier otro presidente, ve cómo sus delicadas negociaciones diplomáticas o comerciales se ven obstaculizadas por jueces activistas. Pero, en última instancia, el Tribunal Supremo debe poner fin a esto por el bien de nuestra Constitución”, añadió Leavitt. Por ahora, el Gobierno de Trump no necesita llegar hasta el Supremo.

El Tribunal de Comercio Internacional de Estados Unidos, el órgano jurisdiccional especializado con competencias en la materia, declaró este miércoles ilegales los aranceles generalizados a las importaciones impuestos por Trump en virtud de una ley de poderes de emergencia, señalando que el presidente se había saltado la Constitución y la ley.

La sentencia cuya aplicación queda en suspenso anularía y dejaría sin efecto los impuestos del 25% a las importaciones de Canadá y México y del 20% a las de China con la excusa del fentanilo y la inmigración, y los falsos “aranceles recíprocos” a todo el mundo, anunciados el mal llamado Día de la Liberación, que se redujeron de forma generalizada al 10% después de que el presidente rectificase y concediese una tregua parcial de 90 días ante la presión de los mercados.

El Gobierno de Trump afirmaba que si se aplicaba la sentencia “los acuerdos exitosos que el presidente ha alcanzado con múltiples países podrían desmoronarse de inmediato”. En un escrito presentado este jueves, destacaba los mismos argumentos que la Administración de Trump ha esgrimido a lo largo del caso, incluyendo que los tribunales no están autorizados a cuestionar la decisión del presidente de invocar la ley de emergencia para imponer los aranceles.

El Gobierno también argumentaba que la interpretación de Trump de la ley debe mantenerse porque hace décadas el tribunal comercial permitió al expresidente Richard Nixon imponer aranceles con carácter de emergencia en virtud de una ley similar, aunque la sentencia analiza detalladamente ese antecedente en la argumentación y considera que avala su fallo.

El escrito solicitaba la suspensión cautelar de la aplicación de la sentencia, alegando que los daños que causaría “son claramente irreparables”. “En ausencia de una suspensión, incluso si este Tribunal finalmente confirma los aranceles, la orden judicial permanente del Tribunal de Comercio Internacional podría haber comprometido delicadas negociaciones internacionales urgentes, quizá de forma irremediable. Además, en ausencia de una suspensión, el Gobierno recibirá menos ingresos que no podrá recuperar si finalmente se confirman los aranceles, lo que supone otro daño irreparable”, argumentaba.

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