MADRID 13 May. (EUROPA PRESS) –
Paula, superviviente de trata, ha asegurado que el momento que le hizo «detonar» fue cuando un día llegaron dos «puteros borrachos y drogados» y dijeron ‘en esta negra sí se ven bien las rayas’.
«Y le voy a comentar lo que me hizo detonar. Fue un día que llegaron dos puteros borrachos y drogados que querían estar con una chica. ¿Y qué pasa? Que querían una chica negra. Y me obligaron a entrar. Yo no quería, pero me obligaron. Y lo más fuerte de todo es que hubo una palabra que ellos decían tan, tan ofensiva: ‘En esta negra sí se ven bien las rayas’. Claro, ponían las rayas de coca en mi cuerpo para ellos utilizarlas», ha señalado Paula.
Así lo ha puesto de manifiesto Paula en el Congreso de los Diputados, en la inauguración de la exposición ‘La voz de las supervivientes a través de Puntadas de Dignidad’, de la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida (APRAMP), que recoge nueve trajes confeccionados por mujeres supervivientes en el taller textil de la asociación.
Paula es dominicana y llegó a España en el 2021 «con la esperanza de tener un futuro mejor, de buscar otra alternativa». «Una amiga me dice que el mejor destino para yo venir en busca de una nueva vida era aquí. Y yo, en el estado que estaba, de vulnerabilidad en mi país y de necesidad, decidí venir a España», ha contado.
También ha explicado que, cuando llego a Madrid, se encontró con una realidad que no era la que se pensaba. «Primero, que no podía trabajar porque no tenía documentación. En mi país, tú sin documentación y como sea, tú trabajas hasta en una esquina vendiendo frutas. Pensaba que aquí iba a ser lo mismo», ha precisado.
En esta misma línea, ha dicho que su amiga, tras dos semanas, le dijo que la «única forma» que tenía de ganarse la vida era irse a un piso. Si bien, Paula ha añadido que pensó que era para cuidar a un niño o a una persona mayor y no para prostituirse. «Y no me queda otra alternativa más que aceptar. Acepto, pero yo lo que no sabía era que iba a comenzar la pesadilla más grande de toda mi vida», ha apuntado.
Asimismo, ha agregado que, para poder tener un sustento, tenía que meterse en una habitación a consumir droga y «a la merced» de que hicieran con su cuerpo «lo que quisieran». Además, ha expuesto que tenía miedo de que le deportaran. «Ya había generado deuda, porque llegó un tiempo en el cual me hice drogodependiente. Ya yo no era persona, ya yo dependía de mis explotadores y del vicio», ha subrayado.
Así, ha contado que, después de toda una noche en la que se «lucraron» y «jugaron» con su cuerpo «de todas las maneras posibles», decidió llamar a APRAMP. «Fuera para bien, fuera para mal, yo estaba desesperada», ha asegurado para añadir que la asociación envió una mediadora como médico.
Paula ha precisado que APRAMP hizo un itinerario individualizado, la desintoxicó y le facilitaron terapia psicológica. Ahora ha contado, «orgullosa», que es mediadora intercultural de la asociación.
«Quiero que me vean como una superviviente y luchadora. Porque gracias al apoyo que he tenido, hoy puedo estar aquí y que ninguna mujer se presta para ser explotada. Ninguna mujer se presta para ser abusada y esclavizada», ha concluido.
APRAMP PIDE A LOS PARTIDOS POLÍTICOS «SUMAR Y NO RESTAR»
Por su parte, la directora ejecutiva de APRAMP, Rocío Mora, ha reclamado durante su intervención en el acto prevención, protección, persecución del delito y «sobre todo partenariado». «Y si no estamos juntos, quien gana es quien explota, quien gana es quien esclaviza, quien gana es quien saca el máximo rendimiento. No estoy dispuesta a vivir en un país en el que se ponga un sello de calidad a un ser humano», ha recalcado. Además, ha instado a los partidos políticos a «sumar y no restar».
Finalmente, Mora ha explicado que el año pasado APRAMP informó a más de 8.850 personas, en su mayoría mujeres y niñas, e hizo un itinerario individualizado de inserción a más de 2.225. También ha dicho que más de 225 consiguieron trabajo.
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