Javier Rodrigo |
Pamplona (EFE).- Aparentemente, no hay mujeres calvas en España, aunque se calcula que entre un 30 y un 40 % se ven afectadas por la alopecia a lo largo de su vida. Es un tema oculto del que no se habla o, más bien, no se hablaba, porque siete mujeres han decidido dar un paso adelante y contar su experiencia en una película de la periodista catalana Sandra Román Peñalba, afincada en Pamplona.
El documental ‘Mujeres calvas’, guionizado y dirigido por Sandra Román (Santa Margarida de Montbui, 1995), da voz a siete mujeres valientes que relatan los sentimientos de angustia, desesperación y soledad que les produjo la alopecia.
Hay diferentes tipos de alopecia femenina, ha explicado Román en una entrevista con EFE. La alopecia androgénica, asociada a la edad, afecta aproximadamente a un 30 % de mujeres, aunque también ocurre a edades muy tempranas, incluso a partir de los 15 años. Y está la alopecia areata, que es autoinmune y puede manifestarse desde el nacimiento.
Una lucha angustiosa
En el documental, de 86 minutos de duración, estas mujeres narran su lucha para tratar de recuperar el pelo, y la forma en que ocultaron su alopecia con pelucas o pañuelos. Pero en ‘Mujeres calvas’, de Benecé Produccions, también se transmite un mensaje de fortaleza, la de unas mujeres que han decidido cambiar la forma en la que viven su calvicie.
Una de estas mujeres es Idoia, que es calva desde que tenía un año y quiere ‘salir del armario’. A Julia la echaron del trabajo el día que se quitó la peluca. Jihane tiene una doble vida. A Montse se le cayó el pelo en 24 días. Cuando Nuria vivía en la calle solamente poseía su pañuelo. A Claudia y a sus padres nunca les advirtieron de los efectos secundarios del tratamiento…
Son dramas personales desconocidos, básicamente, ha destacado Román, porque «la sociedad tampoco nos deja a las mujeres ser calvas. Se nos dice dónde podemos tener pelo y dónde no podemos tener pelo. Hay un canon de belleza establecido y una mujer, en el momento en el que comienza a perder el pelo, la única vía que encuentra es la de taparlo y que nadie lo sepa».
El sentimiento de soledad
Estas siete mujeres tienen experiencias muy variadas, pero también muchas cosas en común: «Cómo viven la caída del pelo, esa desesperación, esa angustia, esa tristeza, cómo de solas se sienten; también la desesperación por encontrar tratamientos, que, por cierto, simplemente son un parche, porque a día de hoy no hay nada que cure la alopecia», ha destacado la directora.
El documental, ha agregado, también habla de la aceptación, «de haberse quitado la peluca, de haber conseguido dar pasos hacia adelante, hacia sentirse ellas mismas. Porque para muchas el hecho de taparse también es como ser un poco impostoras».

Un cambio de perspectiva
Román tiene un objetivo claro: «Que una mujer que tiene alopecia no sea vista como una mujer que pueda estar enferma, sino que la sociedad cambie un poco esa perspectiva, que pueda pensar que simplemente es calva, como lo es cualquier hombre que nos cruzamos por la calle. El objetivo es que ninguna niña, ninguna mujer, se vuelva a sentir sola, nunca más».
Tras pasar por el Porto Femme International Film, donde recibió el Premio a las Luchas y Derechos de las Mujeres, el documental inició en Barcelona una ruta que le llevará por varias ciudades españolas.
El plan de Román es que recorra el máximo de ciudades, porque «allá donde vamos hay mujeres calvas», e incluso que el documental pueda cruzar el charco y se vea en Latinoamérica, «porque es un sitio donde nos lo han pedido mucho».
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