MADRID, 28 May. (EUROPA PRESS) –
La extenista estadounidense Serena Williams es la nueva Premio Princesa de Asturias de los Deportes 2025, un enésimo reconocimiento a una brillante carrera que, muchas veces en paralelo a la de su hermana mayor Venus, revolucionó el tenis femenino y permitió a Serena convertirse en un ídolo dentro y fuera de las pistas, siendo un referente, también, al pausar su carrera para ser madre.
Serena Williams puso fin a su carrera en el Abierto de Estados Unidos de 2022, con casi 41 años y después de caer ante la australiana Ajla Tomljanovic en tercera ronda. Un adiós, arropada por un público que estaba totalmente de su lado, con el que pudo celebrar una larga y exitosa trayectoria que quedó para siempre grabada en la historia del tenis y también del deporte.
La menor de las Williams, de cinco hermanas de Compton (California), dejó las pistas tras 27 años de profesional, con 23 títulos de ‘Grand Slam’, a uno finalmente del récord histórico de la australiana Margaret Court pero con una influencia fuera de las pistas sin igual y en todos los rincones del mundo.
Serena eligió el escenario de 108 de sus victorias, 103 en la Arthur Ashe que le rindió una despedida de leyenda, para decir adiós a las pistas. La combinación de la deportista y la persona tiene un valor único en la estadounidense, capaz de arrasar en la pista y ejercer su liderazgo en favor de la sociedad más desfavorecida, contra el racismo y la desigualdad.
La complejidad médica que tuvo su embarazo, cuando optó por pausar su carrera cuando estaba en disposición de luchar por todos los torneos, la pandemia de coronavirus y una última lesión evitaron una despedida mayor en las pistas. Con todo, Serena fue capaz de ganar su 23 ‘grande’ en 2017, en Australia, y superar a Steffi Graf como la mejor de la Era Open, y tener después cuatro finales más para hacer el 24; título que ya no pudo lograr.
«Son lágrimas de felicidad creo, aún no lo sé. Todo empezó con mis padres, lo merecen todo, y no habría una Serena sin una Venus, gracias Venus», comentó en su discurso de despedida en la pista central neoyorquina ante 30.000 personas, con el último baile después de tres décadas ganando todo y en todas las partes del mundo (73 títulos).
En el Abierto de su país ganó su primer ‘grande’ en 1999, el inicio de una carrera que no dejaría indiferente a nadie tanto en la pista como fuera. Williams persiguió la desigualdad, llevó ayuda humanitaria a África y condenó el racismo, como hizo en 2001 en Indian Wells, mientras se convertía en una jugadora imparable con una raqueta, poseedora de todos los ‘grandes’ en 2003.
El ‘Serena Slam’ lo volvería a repetir en 2015, mientras amasaba lo que serían 319 semanas en el número uno y el oro olímpico en los Juegos de Londres 2012. Como cualquier deportista, la estadounidense no estuvo libre de decepciones, como la que se llevó en semifinales del US Open de 2015, cuando sufrió una dura remontada por parte de la italiana Roberta Vinci, a un paso de hacer el ‘Grand Slam’.
Estando ya embarazada de ocho semanas, Serena ganó su octavo Abierto de Australia en 2017, en una persecución que finalmente quedó inacabada. El 24 se le resistió a la americana, a pesar de que tardó cuatro meses de su regreso en volver a una final. Se le escapó en Wimbledon y el US Open, igual que en 2019.
La californiana demostró ser competitiva como pocas, a pesar de las dificultades físicas de su parto, donde sufrió una embolia, y volvió a ser contundente en denunciar los problemas de la mujer negra en el sistema de salud estadounidense. Williams reapareció en Roland Garros ocho meses después de dar a luz con un traje de ‘cat woman’ que le ayudó a sobrellevar los coágulos de sangre.
De nuevo como muestra humana, Serena sufrió un desliz importante en la final del US Open de 2018, cuando protagonizó un desagradable y largo encontronazo con el árbitro, con una tímida Osaka irrumpiendo al otro lado. Los rumores de la retirada fueron creciendo, la pandemia no ayudó y el físico se resintió.
La seis veces campeona de Wimbledon no pudo despedirse de Londres como hubiese querido, lesionada en 2021, y a las primeras de cambio también en 2022, donde volvió un año después. En agosto, Serena anunció su decisión de dejarlo en Nueva York, adonde llegó con tres derrotas en cuatro partidos. La Arthur Ashe la acompañó en dos victorias emocionantes, en especial la de segunda ronda.
Profesional desde 1995, despuntó en sus inicios en las competiciones de dobles mixtos, al ganar Wimbledon y el Abierto de Estados Unidos con Max Mirnyi como compañero. Pero en 1999 ya brillaba tanto en solitario, con un primer Abierto de Estados Unidos que fue su primer título de Grand Slam y en la WTA.
Seis veces campeona del Abierto estadounidense y siete del torneo de Wimbledon, Serena Williams acumula 73 títulos individuales, 23 dobles –la mayoría junto a su hermana mayor Venus–, 2 dobles mixtos (ambos Grand Slam) y 4 medallas de oro olímpicas. Un palmarés que, sin duda, la sitúa entre las más grandes tenistas de la historia.
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