MADRID 23 May. (EUROPA PRESS) –
El ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, ha calificado este viernes de «poco realista» que el Vaticano pueda albergar en un futuro conversaciones directas con Ucrania como las celebradas la semana pasada en Turquía, pese a que Moscú mantiene en el aire posibles fechas y sedes de esta potencial reunión.
«Habrá segunda ronda de negociaciones», ha sentenciado Lavrov durante una conferencia en Moscú en la que ha instado a «no malgastar la capacidad mental» especulando sobre posibles sedes como el Vaticano, ya que ve poco factible que «una plataforma católica» se pueda hablar de temas como las causas del conflicto. Intuye que la Santa Sede tampoco se sentiría «cómoda».
«Una de las causas (de la guerra) es el camino hacia la destrucción de la Iglesia Ortodoxa ucraniana», ha esgrimido el jefe de la diplomacia rusa, al aludir a una de las múltiples excusas utilizadas desde Moscú para justificar la invasión que comenzó en febrero de 2022 por orden del presidente Vladimir Putin.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, también ha señalado este viernes que «no hay decisiones» cerradas ni de fechas ni de sedes, ya que requiere del consenso de todas las partes. Así, ha prometido que habrá novedades «a su debido momento», según informan las agencias de noticias oficiales rusas.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, sí se ha mostrado dispuesto a celebrar en el Vaticano la segunda ronda, una idea que también ha tanteado Estados Unidos. El nuevo Papa, León XIV, también ha confirmado su disposición a servir de mediador en las negociaciones.
CRÍTICAS A ZELENSKI
Las posiciones de las partes siguen por ahora lejanas, más allá de acuerdos puntuales como el sellado en la primera ronda para intercambiar mil prisioneros de cada parte. Rusia, además, sigue agitando la falta de elecciones en Ucrania para poner en duda la legitimidad de Zelenski, que ha advertido en reiteradas ocasiones de la imposibilidad de celebrar comicios en el actual contexto, en plena ley marcial.
Lavrov ha advertido de que la hipotética firma de un pacto final dependerá «del grado de legitimidad de Zelenski y de su régimen», si bien por ahora Moscú «no se niega a contactar» con el Gobierno ucraniano. «Otra cuestión es la firma», ha señalado.
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