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Robert Longo en el Louisiana Museum, carboncillo para la historia

Humlebæk,

Tanto la ciudad en la que Robert Longo nació en 1953, Nueva York, como los autores con los que se codeó en su juventud -tras graduarse en la State University College de Buffalo, se mudó de nuevo a Nueva York con Cindy Sherman en 1977, donde se convirtió en asistente de estudio de Vito Acconci y Dennis Oppenheim- han dejado un poso perdurable en la producción de este artista.

No se ha cerrado a ninguna disciplina (trabajando en performances, fotografías, esculturas y pinturas), pero si por una vertiente de su creación lo reconocemos es por sus dibujos al carboncillo hiperrealistas y a gran escala, en los que, partiendo de la noción del inconsciente colectivo de Carl Jung, ha explorado los efectos de vivir en una cultura visualmente saturada en nuestros hábitos y nuestro estado de ánimo: aborda cómo filtramos, retenemos y procesamos las imágenes que nos bombardean a diario.

La fuerza narrativa y el impacto emotivo de esas composiciones tiene que ver con la traslación de la habitual escala íntima del dibujo a la monumental de la pintura, así como con el meticuloso detalle que le permite la técnica del carboncillo. En lo temático, los asuntos presentes en estas piezas se relacionan con la actualidad social y política: con la guerra, diferentes movimientos de protesta, la inmigración y el cambio climático.

Robert Longo. Sin título (Protesta estudiantil, mayo de 2024). Cortesía del artista y Pace Gallery
Robert Longo. Sin título (The Haunting), 2005. Siegfried and Jutta Weishaupt Collection
Robert Longo. Sin título (The Haunting), 2005. Siegfried and Jutta Weishaupt Collection

En paralelo a esas propuestas, trabajó en series que representaban distintos momentos plenos y contundentes (bombas que explotan, olas que rompen, tiburones que saltan o rosas que florecen) y en reinterpretaciones de obras de arte del pasado, de un pasado amplio, desde Rembrandt a Picasso pasando por Vincent van Gogh. Hace una década emprendió Longo una serie de dibujos basados ​​en radiografías de obras maestras, como Un bar en el Folies-Bergère (1882) de Édouard Manet, en los que buscaba plasmar la “verdad” de una imagen más allá de su apariencia superficial.

Basándose igualmente en el uso del claroscuro de los maestros, se vale de la luz y la oscuridad para lograr una gama emocional dramática. El radical carácter de acontecimiento de sus motivos, normalmente captados por fotografías, es clave: una foto se registra en un instante, mientras que un dibujo tarda meses en realizarse, y trasponer temas y formatos de un medio a otro modifica la relación tanto del artista como del espectador con el resultado. En definitiva, adapta Longo su técnica para reflejar las particularidades de la fotografía original, capturando la pixelación de un teleobjetivo o los bordes afilados de un impacto de bala en un cristal. Para él, ese análisis casi forense de una imagen permite penetrar en su interior prácticamente a nivel molecular, lo que, combinado con la intimidad inherente del medio dibujístico, supone un intento sincero de congelar esa escena, de provocar que el espectador absorba potencialmente todo su poder.

Robert Longo. Sin título (Balsa en el mar), 2016-2017. Siegfried and Jutta Weishaupt Collection
Robert Longo. Sin título (Balsa en el mar), 2016-2017. Siegfried and Jutta Weishaupt Collection

Hasta el final del próximo agosto, protagoniza Longo en el Louisiana Museum danés una exposición que viene a recalcar los mecanismos que le permiten interactuar con las escenificaciones (fotografías) del mundo que ofrecen constantemente los medios de comunicación, a menudo respondiendo de forma rápida a crisis candentes, a la actualidad.

Bajo el comisariado de Anders Kold y con la colaboración de la Albertina de Viena, que ya acogió la exhibición, ese centro revisa una selección de estos dibujos monumentales al carboncillo sobre papel blanco que representan puntos calientes del mundo. Las instantáneas que son su origen las olvidaremos con seguridad rápido, por eso el artista pretende también hacer esperar su caída en el que llaman basurero de la historia: Vivimos en una tormenta de imágenes, y estoy intentando ralentizar el proceso. Todas estas imágenes que vemos, por una fracción de segundo, desaparecen.

En su trabajo a partir de referentes fotográficos, Longo y sus asistentes dedican cientos de horas de creación meticulosa a llevar esas obras, a menudo fotoperiodísticas, al papel, liberándolas de la esfera de lo mediático, incluso de la cultura pop, para mostrárnoslas como agujeros negros: lugares e instantes oscuros, y relevantes como subraya su nuevo tamaño, dignos de ser contemplados con otros ojos.

Robert Longo. Sin título (Final del imperio), 2022. Christian Sveaas Art Collection
Robert Longo. Sin título (Final del imperio), 2022. Christian Sveaas Art Collection

La que es la primera muestra importante de Longo en los países escandinavos consta de medio centenar de piezas datadas entre 1978 y 2024. Proceden de colecciones europeas y estadounidenses y entre ellas no falta su serie Ciclo Freud: quince estudios inspirados en fotografías tomadas en el apartamento y la clínica del psicoanalista en Viena, en 1938, sólo unos días antes de su huida a Londres ante el avance nazi.

Veremos igualmente composiciones del conjunto Hombres en las Ciudades (1979-1983), en las que representó a mujeres y hombres en poses dramáticamente contorsionadas, respondiendo a momentos históricos convulsos. En las llegadas a la muestra, se basan en la película El Soldado Americano (1970) del director alemán Rainer Werner Fassbinder, sobre un veterano de Vietnam; hay que recordar que la generación de Longo maduró tras las secuelas de esa guerra y del Watergate, y la consiguiente pérdida de cohesión social en Estados Unidos dejó una huella fundamental en su arte. Y en el Louisiana saldrán, además, a nuestro paso reducciones de Goyas y Turners a la escala propia de una portada de revista: si las imágenes de medios las monumentaliza, con las colosales ha efectuado el ejercicio contrario.

Además de con Sherman, Longo colaboró con Richard Prince y no es sorprendente que el cine, las imágenes de los medios de comunicación, las tomas con drones, las imágenes de visión nocturna y los rayos X sean un hilo conductor en este recorrido; los tres son miembros de la llamada Picture Generation.

Robert Longo. Freud's Desk and Chair, Study Room, 1938. Cortesía del artista y Pace Gallery
Robert Longo. Freud’s Desk and Chair, Study Room, 1938. Cortesía del artista y Pace Gallery
Robert Longo. Sin título (Cindy), 1981. Cortesía del artista y Pace Gallery
Robert Longo. Sin título (Cindy), 1981. Cortesía del artista y Pace Gallery

Robert Longo

LOUISIANA MUSEUM OF MODERN ART

Gl. Strandvej 13

3050 Humlebæk

Del 11 de abril al 31 de agosto de 2025

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