Marcel Gascón |
Kiev (EFE).- El expolítico ucraniano Serguéi Portnov, que fue asesinado este miércoles en la localidad de Pozuelo de Alarcón, en los alrededores de Madrid, ocupó cargos de relevancia en la administración del último presidente prorruso de Ucrania, fue acusado de participar en la represión de las manifestaciones pro-europeas del Maidán antes de huir de Ucrania y estaba sancionado por EE.UU.
Portnov, de 52 años, fue entre 2010 y 2014 una figura destacada de la administración del entonces presidente prorruso de Ucrania, Víktor Yanukóvich, del que llegó a ser uno de los principales asesores.
Huida de Ucrania
De formación jurídica, Portnov estuvo supuestamente implicado, según medios de Kiev, en el diseño de la legislación aprobada el 16 de enero de 2014 por el Parlamento ucraniano para cortar las protestas callejeras que empezaron en noviembre del año anterior, cuando Yanukóvich decidió no firmar un Acuerdo de Asociación con la UE para no alienar a Rusia.
Al menos un centenar de personas murieron en enfrentamientos entre las fuerzas del orden y los manifestantes durante los meses que duraron las protestas.
Poco más de un mes después, el 20 de febrero de 2014, Portnov, su jefe Yanukóvich y otros altos cargos de esa administración escaparon de Ucrania para buscar refugio en Rusia ante la creciente presión de la calle.
Según varias publicaciones ucranianas, Portnov se trasladó posteriormente a vivir a Viena.
Sancionado por la UE
Según el medio ucraniano Hromadske, al que Portnov demandó sin éxito el año pasado por haber señalado su supuesto papel en la toma rusa de Crimea, el exasesor de Yanukóvich asesinado este miércoles en Madrid fue uno de los 18 ucranianos sancionados por la UE por corrupción y violaciones de derechos humanos en 2014.
Portnov fue, sin embargo, eliminado de esa lista de sancionados un año más tarde por decisión de la Justicia europea.
En 2018 el Servicio de Seguridad de Ucrania abrió un procedimiento legal contra él por traición en relación con su presunta responsabilidad en la entrega a Rusia de Crimea que supuestamente exponía Hromadske.
Portnov apeló y el caso acabó siendo cerrado.
Más victorias judiciales en Ucrania
No fue su única victoria judicial en su país después de su salida en 2014.
En marzo de este año, el medio ucraniano Censor informaba de que no podía cumplir con una sentencia judicial que le obligaba a pagarle a Portnov los costes judiciales de un proceso iniciado por el exasesor de Yanukóvich por una información incorrecta, al negarse el banco a transferir los fondos a alguien considerado por muchos en Ucrania como un traidor.
A diferencia de otros altos funcionarios de la era de Yanukóvich -como el propio expresidente, que tiene varias condenas en ausencia en Ucrania-, Portnov siguió en contacto con su país, al que incluso regresó tras cinco años en 2019.
En 2021 fue Estados Unidos el que dictó sanciones contra él, esta vez por “acusaciones creíbles de utilizar su influencia” para corromper a los tribunales y «socavar los esfuerzos para reformar” Ucrania.
Algunos de los periodistas a quienes Portnov derrotó en los tribunales atribuyeron de forma implícita los veredictos en cuestión al mantenimiento de su presunta influencia sobre los jueces por la que fue sancionado por EE.UU..
Su aparición en España
El nombre de Portnov había aparecido en los medios ucranianos de nuevo a principios de este año después de que una petición ciudadana para que fuera sancionado por el Consejo para la Seguridad Nacional y la Defensa de Ucrania alcanzara las 25.000 firmas necesarias que la ley ucraniana exige para que este tipo de iniciativas sean tenidas en cuenta por las autoridades.
Quienes apoyaban la petición consideraban un sinsentido que Portnov estuviera sancionado en EE.UU. y no en Ucrania.
En abril de 2024, la misma publicación que después no podría pagarle las costas judiciales al exconsejero de Yanukóvich por el boicot de un banco publicó una de las pocas referencias sobre su vida en España que aparecieron en los medios antes del asesinato.
Censor, el medio en cuestión, informaba de que en enero de 2024 Portnov recurrió a los servicios de un notario de Madrid para que certificara un poder que supuestamente utilizaría después para transferir a sus hijos una villa de lujo de más de mil metros cuadrados con un terreno adyacente de más de media hectárea situada a orilla del río Dniéper, cerca de Kiev.
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