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Putin elude el cara a cara propuesto por Zelenski

Todos dicen querer la paz, pero solo el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, se ha pronunciado hasta ahora a favor de un encuentro en persona con su rival. El portavoz de Vladímir Putin, Dmitri Peskov, ha eludido este lunes contestar a la propuesta de Kiev, día en el que además debía arrancar una tregua de 30 días que Moscú ha rechazado. “Rusia está decidida a buscar formas serias de arreglar el conflicto ucranio a largo plazo”, ha declarado Peskov a los periodistas, aunque ha declinado responder si el líder ruso recogerá el guante del ucranio y acudirá a la cita del 15 de mayo en Estambul.

Zelenski mantuvo un encuentro el pasado sábado con los líderes de Alemania, el Reino Unido, Francia y Polonia. En aquella reunión pactaron exigir a Rusia un alto el fuego de 30 días a partir de este lunes o redoblarían sus sanciones contra Moscú. Tras el encuentro, los mandatarios conversaron con Donald Trump, que se sumó a la propuesta, según la versión de los dirigentes europeos.

“Es inaceptable conversar con Rusia con el lenguaje del ultimátum”, ha manifestado Peskov. El portavoz de Putin se ha limitado a repetir el mismo mensaje que el dirigente ruso pronunció en la medianoche del sábado al domingo. Putin desoyó la propuesta de una tregua y contrapuso un encuentro directo entre Rusia y Ucrania este 15 de mayo en Estambul, el primero desde las malogradas conversaciones de Turquía en marzo y abril de 2022. Al día siguiente, Zelenski aceptó la propuesta, siempre que el Kremlin secundara primero un alto el fuego sin condiciones. El jefe de Estado ucranio retó además a Putin a verse cara a cara en Turquía.

El objetivo de Putin con estas negociaciones y treguas fugaces, como la anunciada por el Día de la Victoria sobre los nazis entre el 7 y 10 de mayo, es convencer a Trump de que el Kremlin desea la paz, aunque en todo momento repita que sea bajo sus condiciones. El líder ruso no se ha movido hasta ahora un ápice de que cualquier acuerdo debe observar “las causas profundas” del conflicto. Es decir, atender los objetivos iniciales de Rusia: hacer que Occidente deje de apoyar a Ucrania, desarmar al país para tenerlo a su merced e implantar un Gobierno afín en Kiev, lo que Moscú denomina como “desnazificación”.

La guerra siguió su curso este lunes, sin señal alguna de que Rusia asuma un alto el fuego total. La amenaza de los drones bomba de largo alcance y el disparo de misiles balísticos han vuelto a afectar a ciudades ucranias lejos del frente.

Una sola voz con Europa

Ucrania está coordinando la estrategia con sus aliados en Europa. Tanto Kiev como sus mayores socios europeos, el Reino Unido, Alemania, Francia y Polonia mantienen sobre el papel la misma posición: cualquier negociación debe ir precedida de un alto el fuego total por lo menos de 30 días. Rusia se niega a ello y los ministros de Exteriores de estos cuatro países han dialogado este lunes en Londres sobre cómo preparar el posible encuentro entre Ucrania y Rusia en Turquía, según ha informado el portavoz de Exteriores polaco, Pawel Wronski.

Kiev insiste en que el alto el fuego temporal es imprescindible para poder dialogar con Moscú. Así lo ha reiterado este lunes en el medio RBC Andrii Yermak, jefe de la oficina del presidente ucranio. Preguntado sobre si solo puede ser interlocutor Putin, Yermak ha respondido que debe ser él: “¿Sabe de alguien más en Rusia que tome decisiones a este nivel y que sea capaz de asegurar su implementación? Evidentemente, él delegará las fases preparatorias y técnicas, pero sabemos quién decidirá en última instancia”.

Tanto la Comisión Europea como otros actores de referencia aliados de Ucrania han insistido en que Putin está jugando a posponer el futuro proceso de negociaciones. Sobre él planea la amenaza que anunciaron el sábado los países miembros de la llamada coalición de los voluntarios, encabezada por el Reino Unido y Francia, que advirtieron que si Rusia no aceptaba el alto el fuego impondrían nuevas “sanciones masivas”. El portavoz del Gobierno alemán, Stefan Cornelius, ha advertido al Kremlin que si no ordena una tregua desde este lunes, la UE y el Reino Unido iniciarán el proceso para incrementar las penalizaciones económicas sobre Rusia.

Los líderes de esa coalición de voluntarios han asegurado que actúan en coordinación con Estados Unidos, pero el presidente Donald Trump no ha secundado públicamente esta amenaza sobre el Kremlin. Pese a las demandas de miembros de su equipo, como el secretario de Estado, Marco Rubio, de que antes de abrir negociaciones hay que acordar un alto el fuego, Trump lo ha omitido y escribió el domingo en sus redes sociales que lo que él quiere es que Ucrania y Rusia se reúnan cuanto antes.

“Es conocida la posición del presidente de Estados Unidos, que llamó a la parte ucrania a participar de inmediato, sin condiciones, en la reunión que propusimos”, ha enfatizado Peskov en su comparecencia.

Ganarse a Trump

Ambas partes, la ucrania-europea y la rusa, están tomando decisiones y modulando su discurso para ganarse el favor de Trump. Está por ver cómo asumiría el presidente estadounidense una negativa de Putin a viajar a Estambul para reunirse con Zelenski, o incluso una negativa definitiva rusa a secundar un alto el fuego de 30 días, aunque su estrategia hasta el momento ha sido conciliadora con el autócrata ruso.

Trump ha comentado brevemente estas cuestiones durante una rueda de prensa de este lunes en la Casa Blanca: “Uno dice que si alto el fuego, el otro dice que no, yo lo que digo es que vayan a la reunión, ya está agendada”. El mandatario ha dado por hecho que delegaciones de Ucrania y Rusia se reunirán en Estambul, y espera que las encabecen Putin y Zelenski: “La reunión del jueves entre Rusia y Ucrania es de gran importancia. Insistí en que esta reunión tuviera lugar. Creo que saldrán buenas noticias de esta, creo que los dos líderes estarán allí”.

El presidente estadounidense ha añadido que se plantea viajar a Estambul en el caso de que se produzca el cara a cara entre Putin y Zelenski.

Moscú y Kiev libran una batalla por su imagen ante Washington y el resto del mundo. El Kremlin había insistido hasta ahora en que Zelenski no deseaba negociar porque supuestamente prohibió cualquier encuentro con Putin desde el otoño de 2022. La presidencia ucrania aprobó en septiembre de aquel año un decreto por el que prohíbe por ley cualquier contacto directo de un ciudadano ucranio con Putin. En Ucrania hay un debate sobre la necesidad de revocar o no este decreto. El medio Strana asegura este lunes que la oficina de Zelenski esgrime que la presidencia puede autorizar excepciones en la norma.

El bulo de la cocaína

Esta batalla propagandística también ha salpicado a los líderes europeos. Una de las acusaciones sin fundamento más repetidas contra Zelenski por el Kremlin hasta ahora era que el líder ucranio consume narcóticos. Este domingo, la portavoz del Ministerio de Exteriores, María Zajárova, publicó en sus redes sociales un vídeo sin nitidez en el que acusaba a los líderes de Francia, Alemania y Reino Unido de ocultar “una cuchara” y “una bolsa” de droga ante las cámaras. “Para los líderes de la Unión Europea, esto es normal”, decía la representante de la diplomacia rusa.

“Imágenes increíbles, es como si el Todopoderoso desvelase todo este sábado repugnante al mundo para que aquellos que tienen ojos para ver, vean”, agregó Zajárova. Sin embargo, las imágenes en alta resolución de las imágenes revelan que la supuesta “bolsa” con estupefacientes era un pañuelo de papel. Ante la difusión masiva del bulo, incluso el presidente francés, Emmanuel Macron, se ha visto forzado a desmentirlo a través de sus redes sociales.

Polonia, además, ha acusado este lunes al espionaje ruso de haber provocado un incendio en un centro comercial en Marywilska en mayo de 2024. Como respuesta, Varsovia ha decretado el cierre del consulado ruso en Cracovia. “Polonia está optando por la hostilidad y la enemistad hacia nosotros”, ha lamentado Peskov tras calificar la investigación polaca de “rusófoba”.

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