«Vivimos en una complacencia y no tenemos velas, cerillas, encendedores ni linternas, cosas de sentido común», lamentan
MADRID, 29 Abr. (EUROPA PRESS) –
Varios expertos han hecho un llamamiento a los ciudadanos con el fin de «cambiar el chip» ante «las nuevas vulnerabilidades» que han surgido en el siglo XXI y han insistido en la importancia de la «pedagogía social» para que la ciudadanía esté preparada y pueda reaccionar tras sucesos como el apagón masivo de este lunes, 28 de abril. «Es una lección de humildad», ha aseverado la directora del Máster en Terrorismo, Seguridad y Defensa de la Universidad Europea, Beatriz Gutiérrez López.
En declaraciones a Europa Press, Gutiérrez ha señalado que, desde la pandemia, «la actitud de los ciudadanos ha cambiado» a la hora de afrontar situaciones extremas aunque ha lamentado que hay «mucho negacionismo». «Negacionismo en el sentido de que piensan que no va a haber más problemas», ha precisado.
Por este motivo, ha pedido más «pedagogía social» y ha lamentado que la sociedad actual es «extremadamente dependiente de la electricidad o los hidrocarburos». En este punto, ha señalado que, aunque los hospitales pudieron funcionar con generadores de diésel o gasoil, si la situación se hubiera demorado en el tiempo, habría habido que buscar otras alternativas.
«Hay muchas vulnerabilidades a nivel cotidiano que tenemos que afrontar», ha afirmado Gutiérrez, que ha aconsejado a los ciudadanos tener a mano «cosas muy cotidianas» para las que no hace falta «una preparación específica». Por ejemplo, ha señalado que, si no funciona la luz y la emergencia ocurre en invierno, es conveniente contar con mantas o ropa de abrigo, además de chimenea o estufas, aunque ha reconocido que, en este último caso, «pueden ser más difíciles de conseguir en zonas urbanas y necesitan ser almacenadas con seguridad».
Asimismo, ha subrayado que, «sin electricidad se sobrevive pero sin alimentos, no» por lo que ha aconsejado tener conservas (latas, sardinas, atún, garbazos, judías) y productos que aguanten y no necesiten frío o calor, además de agua embotellada o frutos secos; mientras que, para cocinar, ha aconsejado un hornillo de camping gas o una bombona. «Pero todos estos dispositivos tienen que tener un mantenimiento», ha reiterado.
La experta también ha insistido en la importancia de «estar informado» por lo que ha aconsejado contar con walkie-talkies, además de tener preparados «medicamentos habituales y básicos», así como «medicamentos de sobra» en el caso de los enfermos crónicos.
A su juicio, lo ocurrido este lunes es «una lección de humildad» pues se trata contar con «cosas comunes de hace 20-30 años». «Pero ahora vivimos en una complacencia y no tenemos velas, cerillas, encendedores ni linternas», ha lamentado.
Por ello, ante todo lo ocurrido, ha hecho un llamamiento a «cambiar el chip». «Estamos en el siglo XXI pero hay vulnerabilidades igual que hace 50 años. Pero entonces se iba la luz y no pasaba nada. Ahora damos por hecho que se van a solucionar estos imprevistos cuando son cosas de sentido común», ha insistido la experta.
APAGÓN CORTO PARA QUE NO «CUNDA EL PÁNICO»
Sobre la «actitud ejemplar» y la «responsabilidad y civismo» de los ciudadanos destacadas por el Ejecutivo, Gutiérrez ha puntualizado que el apagón «duró lo suficientemente poco para que no cundiera el pánico» y ha destacado el despliegue de las fuerzas de seguridad desde los momentos iniciales. «Todo se fue normalizando conforme se fueron restaurando los servicios; de lo contrario, hubiera habido pánico social», ha advertido.
«La clave es que fue un suceso breve pero creo que la gente no ha sido muy consciente, de ahí la importancia de la pedagogía para que se tomen medidas efectivas a corto plazo y la gente sea consciente si vuelve a pasar», ha zanjado.
Por su parte, el director del departamento de Seguridad y Defensa de la Universidad Nebrija, Adrián Nicolás Marchal González, ha asegurado a Europa Press que este apagón masivo «puso a prueba la resiliencia de las infraestructuras críticas».
«España cuenta con planes de contingencia y protocolos de respuesta ante emergencias. Sin embargo, este evento ha evidenciado la necesidad de revisar y fortalecer estos mecanismos, especialmente en lo que respecta a la coordinación interinstitucional y la comunicación con la ciudadanía», ha argumentado.
A su juicio, aunque se produjo un «suceso sin precedentes, que provocó la interrupción de comunicaciones, redes y suministros esenciales, la detección temprana, la respuesta coordinada y la recuperación del servicio han sido notablemente eficaces, resolviéndose en plazos muy ajustados».
En cualquier caso, ha considerado que resulta «fundamental reforzar los protocolos de comunicación con la población durante la fase de interrupción del suministro», por lo que ha insistido en la importancia de «una información clara, oportuna y constante» que, como ha añadido, «no solo tranquiliza a la ciudadanía, sino que también refuerza la confianza en los equipos de profesionales que trabajan sin descanso para restablecer la normalidad».
«CARECER DE CULTURA DE SEGURIDAD LIMITA LA CAPACIDAD DE REACCIÓN»
Marchal ha subrayado que «la dependencia creciente» de la tecnología en la vida diaria «ha reducido la tolerancia a interrupciones como la ocurrida», al tiempo que ha lamentado que en España exista «una baja percepción de riesgo», donde la mayoría de la población «desconoce la frecuencia y el alcance de los ciberataques que sufren a diario las instituciones, así como la proximidad de conflictos que pueden comprometer la seguridad».
«Esta carencia de cultura de seguridad limita nuestra capacidad de reacción ante imprevistos como el apagón de ayer», ha resumido el experto que ha hecho un llamamiento a «impulsar una cultura de resiliencia que proporcione a los ciudadanos conocimientos y recursos para afrontar de forma autónoma situaciones catastróficas».
En este punto, ha pedido instruir sobre «el equipamiento mínimo imprescindible (linternas, radios con pilas de recambio, reservas de agua y alimentos no perecederos) y establecer protocolos domésticos claros de actuación» con el fin de que las autoridades concentren sus esfuerzos en restablecer el suministro y no en «incidentes secundarios derivados del desabastecimiento o la desorientación ciudadana».
Asimismo, ha añadido que «la rápida activación de dispositivos de seguridad y el refuerzo inmediato de la presencia policial tras el apagón incrementaron significativamente la sensación de protección entre los ciudadanos, disuadiendo la comisión de robos en la mayoría de los comercios» aunque han señalado que se han notificado «algunos incidentes aislados en localidades de menor tamaño».
«Por fortuna, la restitución del suministro eléctrico en gran parte de España que, en las principales ciudades se completó alrededor de las 22:00 horas, permitió la reactivación de sistemas de alarma y demás medidas de seguridad. De no haberse recuperado la energía durante la noche, el balance delictivo podría haber sido sustancialmente más grave», ha alertado.
Fuente: Noticia original