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Orgullo, desafío y júbilo entre los partidarios de Trump que celebran sus primeros 100 días de mandato

El inmigrante vietnamita Trahn, de 59 años, es más que votante de Donald Trump: es devoto de su persona. “No es que lo apoye al 100%, lo apoyo al millón por ciento”, asegura este hombre que ha asistido a más de 50 mítines del republicano. Para el de este martes, que conmemora los primeros 100 días de mandato del presidente número 47, en el Macomb Community College, en las afueras de Detroit, Trahn luce un traje blanco con una gran imagen de su ídolo, con el que reclama un tercer mandato para Trump: junto al futuro año electoral, 2028, está bordada la frase “Mi venganza será mi éxito”. ¿Cuáles son las políticas de estos 100 primeros días que prefiere? No lo duda: la mano dura contra la inmigración ilegal y los aranceles, para “evitar que otros se aprovechen de nosotros”.

Para este inmigrante, el mitin llega en un momento muy especial: este miércoles, además de cumplirse los 100 primeros días de mandato de Trump, se conmemora el aniversario de la caída de Saigón, que forzó a su familia a huir de Vietnam y empezar una nueva vida en Estados Unidos. “Ya tuvimos que huir del comunismo una vez, no queremos ver cómo el socialismo se apodera de nuestra segunda patria”, sostiene, convencido.

Como Trahn, decenas de personas han guardado cola desde primera hora de la mañana de este martes frente a la escuela comunitaria en la localidad de Warren, firmemente republicana, para escuchar a su líder. La gran mayoría, con camisetas rojas —el color del Partido Republicano— o la gorra de béisbol, roja, negra o dorada, emblema de Trump y su movimiento “Hagamos Estados Unidos Grande de Nuevo” (MAGA, Make America Great Again). Otros lucían pantalones con las barras y estrellas de la bandera estadounidense, camisetas con la fotografía de Trump tras el intento de asesinato que sufrió el año pasado en Butler (Pensilvania) que prometían “Nunca nos rendiremos”, o grandes sombreros tejanos en los que se leía “amo a Donald Trump”.

El descenso en las encuestas de popularidad de los últimos días, especialmente entre los independientes, debido a sus políticas de imposición de aranceles, temor a la marcha de la economía o la percepción de que intenta acaparar demasiado poder y hacer caso omiso de los límites que le impongan los tribunales, no han existido en el recinto. A medida que se acercaba la hora del acto político y aumentaba la muchedumbre, se han multiplicado los gritos de “USA, USA, USA”.

Para Charlene, que ha llegado con una camiseta que proclama que el golfo de México se llama ahora “golfo de Estados Unidos”, es su primer mitin y un día especial; su cumpleaños. “Mi marido me preguntó cómo quería celebrarlo y pensé que esta sería la mejor manera posible”, dice esta jubilada del Departamento de Policía de un condado vecino.

“Creo que estos primeros 100 días han sido excelentes”, sostiene, “de verdad estoy segura de que va a ayudar a salvar este país. Sus órdenes ejecutivas, cómo ha parado la migración ilegal en la frontera sur. Estoy muy a favor de los aranceles. Por supuesto, va a necesitar un poco de tiempo, pero las empresas van a volver a producir en este país, y eso va a significar más empleos”, afirma con contundencia. Y repite, casi palabra por palabra, los argumentos que maneja Trump para justificar los gravámenes: “El resto de los países se estaban aprovechando de nosotros”.

Como Charlene, la gran mayoría del público que asiste enumera la drástica reducción de la cifra de cruces ilegales en la frontera sur estadounidense y la imposición de aranceles a los países y productos extranjeros como sus medidas favoritas de la Casa Blanca republicana. “Vamos a volver a producir acero, las cosas se van a ensamblar y procesar aquí”, aseguran Mary and Renée, dos trabajadoras del sector automotriz, el corazón de la economía de Míchigan y central en los planes económicos del republicano. “La otra vez que fue presidente nos fue muy bien económicamente, ganamos mucho dinero, y luego vinieron los demócratas y se echó todo a perder. Así que tenemos muchas ganas de ver cómo le da la vuelta a las cosas”, sostienen las dos amigas.

Un asunto sí parece dividir a los votantes de Trump, por entusiastas que se muestren con su candidato: las conjeturas sobre un tercer mandato, con el que el republicano ha coqueteado pese a que la Constitución estadounidense prohíbe que ningún presidente gobierne más de dos legislaturas. “Claro que me gustaría verlo continuar”, apunta Renée. “Pero la Constitución no le deja, y es lo que hay. Aunque sí creo que se presentará alguien de su entorno, eso sí”, matiza.

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