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Merz ve una “gran oportunidad” para un alto en fuego de 30 días en Ucrania

El canciller alemán, Friedrich Merz, ve una “gran oportunidad” de que la semana que viene empiece el largamente aplazado alto el fuego de 30 días en Ucrania que permita, a su vez, comenzar negociaciones de paz. En declaraciones en Bruselas, el líder cristianodemócrata, que la víspera habló por teléfono con el presidente estadounidense, Donald Trump, ha indicado este viernes que el acuerdo, impulsado por Washington, podría firmarse este mismo fin de semana y que la decisión está “exclusivamente” en manos de Moscú, que debe demostrar de una vez si quiere la paz o no.

“Tengo la gran esperanza de que a lo largo de este fin de semana haya un acuerdo para un alto el fuego en Ucrania”, ha dicho Merz durante su primera visita como canciller a Bruselas, donde se ha entrevistado con los máximos responsables de la UE y con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte. Merz conversó el jueves por teléfono con Trump, quien a su vez anunció, en su red Truth Social, que “las conversaciones con Rusia y Ucrania continúan” y que Estados Unidos “llama a un alto el fuego incondicional que idealmente dure 30 días” y que Kiev ya ha aceptado. Trump además reiteró su amenaza de aprobar nuevas sanciones si Putin no muestra interés en avanzar hacia el final del conflicto.

“Apoyo esa propuesta explícitamente”, ha subrayado este viernes Merz, quien ha asegurado que este plan también cuenta con el respaldo firme de los líderes de la llamada coalición de voluntarios, Francia y Reino Unido, así como de Polonia. “Elogio su firme llamamiento a un alto el fuego incondicional de 30 días, como han hecho esta mañana nuestros socios británicos y nórdicos. Todos debemos trabajar hacia ese objetivo sin demora, falsos pretextos ni tácticas dilatorias”, ha declarado en las redes sociales el presidente francés, Emmanuel Macron.

Un respaldo al que también se ha unido Rutte, quien además ha coincidido con el canciller alemán en que “la pelota está ahora exclusivamente en el tejado de Moscú”, que debe demostrar si está dispuesto a apostar por la paz o no.

Tras la celebración del Día de la Victoria en Moscú, este viernes, Merz considera que hay “una gran oportunidad de prolongar el alto el fuego [de tres días decretado unilateralmente por el Kremlin por esta festividad], para alargarlo durante 30 días y para iniciar en esos 30 días negociaciones sobre un tratado de paz”, ha explicado. “La pelota está exclusivamente en el tejado de Moscú. Ucrania, Estados Unidos y Europa apoyan conjuntamente esta propuesta. Y por eso es ahora una prueba de la seriedad del Gobierno ruso y del presidente ruso si realmente quieren la paz en Ucrania o si quieren continuar la guerra”, ha agregado desde la sede de la OTAN, su última escala bruselense.

El vicepresidente estadounidense, J. D. Vance, confirmó el jueves en Fox News que Rusia ha exigido incluso recibir territorios que no ha ocupado militarmente como condición para firmar una paz. Vance dijo que eso es inviable y que, si no hay un acercamiento de posiciones, EE UU puede salir del proceso de paz.

Junto a Rutte, Merz ha subrayado que “la guerra de Rusia es un ataque frontal no solo contra la integridad territorial de Ucrania, sino contra todo el orden político de Europa tras 1990” y ha reiterado el apoyo europeo a Kiev, que también han subrayado una vez más tanto la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, como el presidente del Consejo, António Costa y la presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola, tras sus respectivos encuentros con Merz. El canciller alemán ha dicho sentirse ahora “más optimista” respecto el futuro de la OTAN que en la noche electoral del 23 de febrero, cuando proclamó la “independencia” de Europa respecto a EE UU.

Según ha explicado, sus “miedos” en esos momentos estaban ligados a la reciente Conferencia de Seguridad de Múnich, donde el vicepresidente estadounidense acusó a la UE de ser antidemocrática y de limitar la libertad de expresión. Según ha asegurado ahora el cristianodemócrata, no es que haya cambiado de opinión, sino que “la postura estadounidense, evidentemente, ha cambiado”. También, ha indicado, respecto a un mayor reconocimiento por parte de Washington de los “significativos esfuerzos” europeos en el marco de la OTAN.

Rutte, por su parte, ha recordado que la Alianza ya ha decretado la “irreversibilidad” del camino de Ucrania hacia la OTAN, pero ha subrayado que se trata de una perspectiva de futuro, no ligada a una eventual negociación de paz con Rusia. “Nadie dijo que esto debiera ser parte del proceso de paz, es para el largo plazo”, ha precisado.

Un Tribunal Especial para el Crimen de Agresión

Mientras Putin hacía ostentación, con su desfile en Moscú, de su poderío militar, medio centenar de ministros de Exteriores de aliados europeos de Kiev han dado un empujón definitivo, en la ciudad ucrania de Lviv, a la creación de un Tribunal Especial para el Crimen de Agresión. Un tribunal que empezará a juzgar, probablemente a partir del año que viene, a los máximos responsables políticos y militares de la guerra de Rusia contra Ucrania, incluido, en un futuro aún por determinar, el propio Putin.

“El establecimiento de este tribunal es una señal muy, muy importante, significa que nadie puede quedar impune por los crímenes cometidos. Ni siquiera los dirigentes”, ha subrayado la alta representante para Política Exterior de la UE, Kaja Kallas, en Lviv, donde los ministros, entre ellos el español José Manuel Albares, han anunciado su “apoyo político” al tribunal, el último paso preparatorio antes de que el Consejo de Europa, responsable de establecerlo, comience, a partir de la semana que viene, a trabajar en el marco, infraestructura y financiación necesarias.

El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, ha celebrado la decisión como un paso imprescindible para la protección del Estado de derecho: “Tiene que haber responsabilidad; sin ella, el respeto a la dignidad humana desaparece”. “Si no hay responsabilidad, si una guerra queda sin ser castigada, otras guerras llegarán”, ha añadido.

El crimen de agresión se refiere a la decisión de utilizar la fuerza armada contra otro Estado, en violación de la Carta de la ONU, algo que la Asamblea General de Naciones Unidas determinó que se produjo con la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022. Unos meses más tarde, Kiev solicitó la creación de este tribunal especial, dado que aunque el Tribunal Penal Internacional (TPI) de La Haya tiene competencia sobre el crimen de agresión, había en este caso una laguna jurídica que impide su actuación en el caso de Rusia: Moscú no ha ratificado el Estatuto de Roma y, además, como miembro del Consejo de Seguridad, puede bloquear al tribunal de La Haya, explican fuentes europeas conocedoras del proceso de creación del nuevo organismo, que de todos modos se coordinará estrechamente con el TPI.

En la mira del nuevo tribunal están los “top 20 o 30” máximos responsables, tanto políticos como militares, de la agresión rusa. Esto incluye, subrayan fuentes desde Bruselas, la troika: el presidente Putin, su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, y el primer ministro, Mijaíl Mishustin. No obstante, en el caso de estos últimos, dado que mientras ejerzan sus cargos gozan de inmunidad, el futuro tribunal se limitará a recopilar pruebas, hasta que pueda iniciar un proceso en el momento en que dejen el cargo. El tribunal podrá juzgar a cualquiera de los acusados in absentia, aunque si una persona condenada decide finalmente presentarse, tendrá derecho a un nuevo juicio, según fuentes conocedoras del tema.

Aunque el Gobierno de Joe Biden participó activamente en los preparativos del tribunal, Trump se ha retirado del proceso, algo que el ministro de Exteriores polaco, Radoslav Sikorski, calificó el jueves como “una de las 12 grandes concesiones que la nueva Administración estadounidense ha hecho a Putin”. No obstante, Bruselas dice confiar en que Trump cambie todavía de opinión y se reincorpore, en algún momento del proceso aún en marcha, al nuevo tribunal.

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