Apela al «milagro alemán» para sacar adelante una economía en crisis
BERLÍN, 14 May. (DPA/EP) –
El canciller alemán, Friedrich Merz, ha reivindicado este miércoles durante su primera comparecencia en el Bundestag como jefe de Gobierno que trabajará para mejorar la seguridad y garantizar la prosperidad del país, en un discurso en el que ha vuelto a abogar por nuevas medidas de control de llegadas porque, a su juicio, Alemania ha vivido desde hace una década una «inmigración descontrolada».
Merz quiere pasar página de la política de puertas abiertas que aplicó en 2015 la entonces canciller, Angela Merkel, compañera de partido y a la vez rival interna, tal como ya había dejado claro en los primeros compases de su mandato con un endurecimiento de los controles en las fronteras terrestres.
«Hemos permitido demasiada inmigración descontrolada y posibilitado demasiada inmigración poco cualificada en nuestro mercado laboral y, sobre todo, en nuestros sistemas de seguridad social», ha esgrimido Merz, que ha prometido un aumento de las deportaciones.
El líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) ha apelado al esfuerzo en general para superar los retos, «por grandes que sean», dentro de una apelación al «milagro alemán» que también ha hecho extensible a las finanzas públicas. «Podemos utilizar nuestra propia fuerza para volver a ser un motor de crecimiento que el mundo mire con admiración», ha proclamado.
Entre las promesas del nuevo Gobierno figuran rebajas fiscales, menos burocracia y más inversión en infraestructuras. La coalición quiere utilizar esta legislatura hasta 150.000 millones de euros del fondo para infraestructuras financiado con deuda y que plantea hasta 500.000 millones en doce años.
Sin embargo, ha apelado a la cautela y ha dejado claro que el endeudamiento solo tiene sentido si sirve «para aumentar de forma permanente y sostenible el valor de las infraestructuras y mejorar el rendimiento general del país».
TEMAS INTERNACIONALES
En materia de política exterior, Merz ha llamado a buscar un equilibrio en el hecho de que Alemania «no es parte del conflicto» en Ucrania ni tampoco puede ser un observador «ajeno». El canciller, que viajó a Kiev la semana pasada, ha prometido un apoyo firme y continuado a Ucrania.
En este sentido, y en alusión a los movimientos diplomáticos emprendidos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha avanzado que se esforzará «al máximo» para garantizar «la mayor unidad posible» entre los intereses europeos y norteamericanos.
Por otro lado, ha reiterado el apoyo político de Alemania e Israel –«la existencia y la seguridad de Israel son nuestra razón de ser», ha dicho–, al tiempo que ha abogado por un alto el fuego y por la reanudación de las entregas de ayuda humanitaria a la Franja de Gaza.
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