Piden medidas con «el máximo rigor y el respeto, que eviten caer en cualquier tipo de estigmatización o estereotipo negativo sobre la vejez»
MADRID, 22 May. (EUROPA PRESS) –
La Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP) ha mostrado su «preocupación» por la ‘Guía de Consejo Sanitario Vial para el conductor mayor y su entorno próximo’, publicada por la Dirección General de Tráfico (DGT). «La guía asume que la edad avanzada constituye por sí sola una condición de riesgo, un planteamiento y enfoque homogeneizador del grupo social de las personas mayores», ha señalado.
Así lo ha explicado este jueves la Plataforma tras mantener un encuentro con la Dirección General de Tráfico (DGT) para acordar un marco de cooperación en el desarrollo de la Estrategia de Seguridad Vial para Mayores que Tráfico.
En la reunión han participado el director General de Tráfico, Pere Navarro; la subdirectora General de Formación y Educación Vial de la DGT, Montserrat Pérez; EL presidente de la PMP, Jesús Norberto Fernández; y el vicepresidente de la Plataforma y presidente de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA), José Luis Fernández Santillana.
Según la Plataforma, este encuentro se ha celebrado por «la preocupación generada en la PMP y sus entidades asociadas a raíz del contenido» de la guía. La PMP considera positivo que se fomente una cultura de evaluación, diálogo y acompañamiento, pero siempre recordando que «no todo envejecimiento implica deterioro, ni toda persona mayor representa un riesgo al volante».
«Las realidades de la nueva longevidad atestiguan que, gracias al desarrollo del estado de bienestar, los avances científicos y médicos, así como la mejora sostenida en las condiciones de vida, las personas alcanzan edades cada vez más avanzadas manteniendo su salud, autonomía y capacidades funcionales», ha manifestado.
Para el presidente de la entidad, Jesús Norberto Fernández, «esta transformación demográfica y social es un logro colectivo que debe ser motivo de celebración, no de sospecha ni restricción». Por este motivo, la entidad ve necesario adoptar medidas desde «el máximo rigor y el respeto, que eviten caer en cualquier tipo de estigmatización o estereotipo negativo sobre la vejez».
La Plataforma apuesta por evitar «representaciones o expresiones que puedan vincular la edad cronológica como indicador automático de incapacidad» y recuerda que la dignidad y el derecho a decidir de las personas mayores no decae con la edad. «El abandono de la conducción, si procede, debe surgir de un proceso informado, consensuado y siempre supervisado por profesionales», ha señalado el presidente de la PMP.
Según la Plataforma, coincide con la DGT en que el reto es encontrar un equilibrio entre seguridad y autonomía, entre la prevención y la libertad, y que el departamento de Pere Navarro han manifestado que el foco de toda estrategia de seguridad vial debe de enmarcarse en la autorresponsabilidad, garantizando la autonomía y movilidad de los conductores y facilitando herramientas para la toma de decisiones.
Asimismo, defienden «una reflexión estructural que abarque el transporte público adaptado, alternativas reales de movilidad en contextos rurales o medidas de acompañamiento emocional cuando las personas abandonan la conducción». La DGT se ha mostrado abierta a considerar las aportaciones que puedan ser trasladadas desde la PMP, según la propia plataforma.
¿QUÉ PROPONE LA GUÍA?
El pasado abril, la Dirección General de Tráfico lanzó EL documento en la que aconseja a los familiares de conductores mayores que preparen un plan de adaptación de la conducción y que no les prohíban conducir «de forma drástica».
«Te vamos a dar unas herramientas y pautas para que puedas tener información, confianza y seguridad para abordar el tema de una manera razonada, sin la carga emocional que supone tratarlo como una prohibición de conducir de manera drástica, que solo se debe hacer cuando detectemos un número importante de señales de riesgo que justifiquen un abandono de la conducción de manera planificada», subraya la guía, consultada por Europa Press.
La DGT señala que, «aunque la edad no es lo que condiciona la conducción» sino las capacidades físicas y mentales de la persona que conduce, los estudios «como norma general, recomiendan iniciar la vigilancia de la salud de manera especial y su repercusión en la conducción a partir de los 70-75 años».
Por ello, la guía propone una «intervención preventiva» y facilita dos cuestionarios –uno para el conductor mayor y otro para el familiar– divididos en tres áreas: a nivel cognitivo y emocional, a nivel físico y a nivel particular de conducción.
Entre otras preguntas, se plantea: si la persona conductora tiene dificultades para hacer varias cosas a la vez, si olvida de qué está hablando, si tiene momentos de mucha ira o tristeza sin motivo, si se desorienta, si le cuesta ver correctamente a varios metros de distancia, si no oye bien, si le cuesta cambiar de marcha o pisar el embrague, si sufre pequeños ‘accidentes’ cotidianos, como caídas o descuidos, si los otros conductores le tocan el claxon con frecuencia o si siente que el uso de medicamentos interfiere con su capacidad para conducir bien.
En función de las puntuaciones obtenidas, los conductores mayores y sus familiares podrán comprobar si se encuentran ante situaciones normales, donde deben mantener la vigilancia de la conducción (menos de 70 puntos, color verde); si la situación es de riesgo medio, donde deben plantearse una intervención para adaptar su conducción (de 70 a 110 puntos, color amarillo), o si el riesgo es elevado, donde será necesaria una intervención urgente (entre 110 y 150 puntos, color rojo).
Además de los cuestionarios, la DGT anima a los familiares a recabar información sobre la conducción de sus mayores, a través del entorno, amigos, farmacéutico, médico de familia, centro de reconocimiento de conductores o jefaturas provinciales de tráfico.
En todo caso, la DGT recomienda a los familiares que, cuando detecten la necesidad de adaptar la conducción de sus mayores lo hagan de forma «respetuosa, considerada y sobre todo programada», intentando que la persona mayor «no se sienta atacada ni amenazada (y menos castigada)» con la posibilidad de tener que prescindir del permiso de conducir.
Para ello, aconseja a los familiares que realicen una observación y evaluación de la situación y eviten guiarse «por impulsos, prejuicios, falsas impresiones o hechos puntuales».
Fuente: Noticia original