MADRID, 4 Jun. (EUROPA PRESS) –
Los Oklahoma City Thunder, campeones de la Conferencia Oeste y mejor equipo de la temporada regular, y los Indiana Pacers, cuartos del Este y franquicia revelación en estos ‘playoffs’ con su título de Conferencia, se enfrentarán desde este viernes (02:30 horas) en unas Finales de la NBA inéditas y que coronarán al séptimo campeón diferente desde 2019.
La lucha por el Trofeo Larry O’Brien será nueva, entre dos conjuntos jóvenes y con poca experiencia en estas lides. Los Thunder no juegan una final desde 2012 (derrota 4-1 contra Miami Heat) y buscan su primer anillo desde su aterrizaje en la ciudad de Oklahoma, pues los Seattle Supersonics sí lo ganaron en 1979. Por otro lado, los Pacers solo han llegado una vez a este escalón; fue en el 2000 y perdieron 4-2 contra Los Angeles Lakers.
Ambas plantillas están construidas con calma, sin las prisas que tienen otras por sumar estrellas para ganar cuanto antes. Tanto el canadiense Shai Gilgeous-Alexander como el estadounidense Tyrese Haliburton llegaron a sus respectivos equipos como traspasos, sin la vitola de jugadores ‘top’ dentro de la liga, aunque sí con una proyección que les ha llevado a ser los líderes de los dos mejores equipos de este curso 2024/25.
Los de Oklahoma han completado una temporada magnífica, con un balance de 68 victorias y 14 derrotas antes de los ‘playoffs’. Luego afrontaron los cruces con dudas de ser un equipo sin bagaje y no cometer los errores del curso pasado, pero las despejaron de un plumazo con el desparpajo que les caracteriza: 4-0 a Memphis Grizzlies, 4-3 a Denver Nuggets (con paliza incluida en el séptimo partido) y 4-1 a Minnesota Timberwolves.
Todos los focos recaen sobre el MVP de la temporada. El base Gilgeous-Alexander está firmando un año de ensueño y se ha convertido en el octavo jugador de toda la historia del baloncesto americano que gana su primer MVP y juega sus primeras finales en la misma temporada. La rúbrica perfecta sería el título y el premio a mejor jugador de las Finales.
El canadiense es la referencia de un equipo que destaca por su férrea defensa, los puntos tras pérdida rival y juego interior potente, pues con Isaiah Hartenstein y Chet Holmgren tiene bastante variantes. Los puntos de Jalen Williams y la solidez que aportan Luguentz Dort y Alex Caruso pueden ser factores claves para cortocircuitar el ritmo del ataque de Indiana.
Los de Indianápolis, mientras, encaran esta Final siendo la sorpresa de la competición en un Este donde todos auguraban como finalistas a los Cleveland Cavaliers o a los Boston Celtics. Pasando bajo el radar, el plantel liderado por Haliburton se impuso 4-1 a Milwaukee Bucks; pasó por encima de los Cavs, a los que dejó sin respuesta en ‘semis’ de Conferencia (1-4), y acabó también con unos New York Knicks que batallaron más (2-4).
El base estadounidense es un jugador diferente en una época en la que solo se mira la anotación. Haliburton es un ‘playmaker’, que busca a sus compañeros sin olvidar tampoco cifras propias. Su mejor socio es el camerunés Pascal Siakam, nombrado mejor jugador de las Finales del Este y que es quien aporta la experiencia y el poso de alguien que ya sabe lo que es ganar, ya que fue campeón con los Toronto Raptors en 2019.
La aportación, el acierto y el carácter de los secundarios, como Myles Turner, Andrew Nembhard, Aaron Nesmith y Benedict Mathurin, se antoja clave para igualarle la partida a unos Thunder que sobre el papel parten con cierta ventaja debajo de los aros. En este sentido, también hay que mencionar la figura de Rick Carlisle, técnico de los Pacers, que ya ganó la NBA en 2011 con Dallas Mavericks y que desde la pizarra puede poner picante al duelo contra un Mark Daigneault primerizo en esta instancia.
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