La primera vez que el nombre de Carlo Ancelotti apareció en peligro esta temporada fue antes de recibir a Osasuna, en noviembre. El Madrid venía de caer 0-4 contra el Barcelona y 1-3 con el Milan, y esa tarde el técnico la salvó con un 4-0. Sin embargo, se marchó del Bernabéu con un lamento y una advertencia: “Como no fichemos, nos la vamos a pegar”, les dijo todavía en los pasillos del estadio a las personas que le acompañaban tras ver que Éder Militão se había vuelto a romper el cruzado, la segunda vez en un año. El equipo ya había perdido a Dani Carvajal por la misma lesión y, como en el verano anterior y en enero de 2024, dos meses después se abrió el mercado invernal y al Madrid siguió sin llegar nadie para la zaga. Irrumpió Raúl Asencio y con eso se tuvo que arreglar Carletto.
Este martes, en medio del goteo de informaciones sobre el futuro del entrenador, Valdebebas sufrió una tormenta de desgracias médicas que dejaron al descubierto en un momento tan simbólico todo el trabajo pendiente del club en la confección de la plantilla, sobre todo en defensa, más allá de lo que ocurra con el banquillo. Antonio Rüdiger, antes de conocer los seis partidos de sanción por la final de Copa, se operó de menisco tras siete meses con dolores y estará unos dos fuera; Ferland Mendy empalmó una lesión con otra y no regresaría hasta la próxima temporada; y David Alaba volvió a desaparecer para entre seis y ocho semanas debido a una rotura de menisco de la misma rodilla izquierda del cruzado.
A Carletto ya solo le queda un central puro (Asencio) que en verano no figuraba en los planes y sigue pendiente del juicio en el que el joven es investigado por difundir presuntamente un vídeo sexual con una menor. La zaga la completan un lateral derecho desbordado (Lucas Vázquez); un lateral izquierdo (Fran García) que había caído a la cuarta opción; un central postizo (Tchouameni) pitado varias veces por el Bernabéu; y un central (Jesús Vallejo) que suma 10 minutos. El joven Jacobo Ramón, con solo una estresante noche copera en Leganés, podría volver a escena.
La precariedad es máxima, pero cuando todos se recuperen el panorama no sería muy halagüeño: Militão (27 años) suma dos roturas de cruzado seguidas, Rüdiger (32) se ha estrujado las dos últimas campañas, la recuperación del mejor Carvajal (33) es una incógnita, Alaba (32) habrá acumulado más de un año y medio lejos del máximo nivel, y el historial de Mendy (29) dice que se habrá perdido el equivalente a casi un curso y medio por lesiones desde 2019.
En las oficinas parecen haber asumido que han estirado la cuerda más de lo deseable y estudian el mercado. El lateral derecho del Liverpool Trent Alexander-Arnold, más agitador que cerrojo, ya estaría cerrado. Ancelotti conoce hace meses las intenciones del club de buscar refuerzos atrás, aunque a él le ha quedado la gestión de “la emergencia” -así ha solido definir la escasez-, con la gran duda de si los posibles fichajes serían para él o su sucesor.
El Madrid no desembolsa dinero por un defensa desde el verano de 2019, cuando compró a Militão por 50 millones (el zaguero más caro del club) y a Mendy, por 48. Desde entonces, las adquisiciones atrás han sido jugadores que quedaban libres, como Rüdiger y Alaba, más la repesca del canterano Fran García desde el Rayo por cinco millones. El rendimiento del alemán y austriaco ha sido óptimo, ejemplos de buenas operaciones según las oportunidades de mercado, y la probable adquisición de Alexander-Arnold se enmarcaría en este tipo de compras. Sin embargo, esta contención económica para la zaga contrasta con las compras del centro del campo hacia adelante.
Mientras para la defensa el Madrid ha abonado poco más de 100 millones en traspasos en las seis últimas campañas (sin contar las primas de fichajes de los que llegaron libres), según el portal Transfermarkt, en el medio y la delantera la cifra se dispara por encima de los 550 millones (Mbappé quedaría fuera del cálculo porque había terminado su contrato con el PSG). Esta desproporción no le ha evitado, no obstante, la sensación general de que las inversiones en la medular no le han alcanzado para tapar el agujero de Kroos.
La línea defensiva fetén a ojos de Carlo Ancelotti era Carvajal-Rüdiger-Militão-Mendy, pero solo la ha podido alinear en seis de los 57 encuentros por culpa de las lesiones. La mejor alternativa para el lateral derecho es un medio (Valverde) y en el izquierdo, para la final de Copa, apuntaba un pivote (Camavinga), que también se lesionó. Agujeros pendientes de resolver.
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