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Libreros y editores auguran una buena Feria del Libro pese a los cierres por el calor

Madrid (EFE).- Libreros y editores auguran una buena edición de la Feria del Libro de Madrid, que este domingo ha contado con una afluencia masiva de público, largas colas para conseguir firmas de autores y un buen ritmo de ventas.

Pese a la confusión inicial generada por los cierres parciales del viernes y sábado a causa de las previsiones meteorológicas, de calor y viento, este domingo la feria ha congregado a miles de personas y entre los profesionales predominaban las buenas expectativas y ganas de compartir novedades.

Para librerías pequeñas, como Pérgamo, gestionada por tres veinteañeros y que llevan tres ediciones en el Retiro, este es «el gran momento del año» porque pueden competir «en igualdad de oportunidades» con las grandes, señala a EFE Pablo Cerezo, uno de los propietarios.

Frente a su caseta se congregaba una de las filas más largas de la mañana para ver a la escritora estadounidense Vivian Gornick, estrella invitada de esta edición -dedicada a la ciudad de Nueva York- que a sus 89 años no paró de firmar ejemplares de sus libros, como ‘Apegos feroces’ o el reciente ‘Porqué algunos hombres odian a las mujeres’.

La periodista, escritora y activista feminista estadounidense Vivian Gornick firma ejemplares en la Feria del Libro de Madrid, este domingo. EFE/Víctor Lerena

También había mucha expectación en la caseta de la Librería Alberti, donde firmaban a la vez Javier Cercas, que acaba de publicar su libro sobre el papa Francisco, ‘El loco de Dios en el fin del mundo’, y Fernando Aramburu, autor de ‘Patria’.

A lo largo de esta edición de la feria, que finalizará el 15 de junio, esta librería contará con casi medio centenar de firmas. «Como es nuestro 50 aniversario, queríamos que estuvieran todos los amigos escritores con novedades y hemos hecho un calendario un poco loco», ha señalado su directora, Lola Larumbe.

Protocolo para prevenir incidencias

A su juicio la feria «ha arrancado bien» aunque echa en falta «un poquito de explicación» tras lo sucedido el viernes por la tarde, cuando el ayuntamiento ordenó cerrar el parque del Retiro a partir de las seis de la tarde por una alerta roja de la AEMET, para reabrir apenas una hora después, cuando la Feria ya había echado el cierre definitivo.

«El parque estuvo abierto pero las casetas estuvimos cerradas, esa discrepancia es la que no se llega a entender muy bien», ha dicho.

En 2019, tras el suceso en el que un niño de cuatro años murió en el Retiro por la caída de un árbol, entró en vigor un nuevo protocolo para prevenir incidencias, con cuatro niveles de alerta en función de las previsiones de la Aemet.

«Lo que hace la organización de la feria es cumplir el criterio y la indicación de la dirección del parque», subraya Marina Sanmartín, de la Librería Cervantes. Esta librera considera que «algo se está haciendo mal» cuando el parque reabre y la feria no, como ocurrió el viernes, pero rechaza ver «motivos ocultos, ni cosas extrañas».

«Yo creo que todo el mundo quiere hacer su trabajo lo mejor posible y por eso hay que ver dónde se está fallando y corregirlo», subraya.

La astronauta Sara García firma ejemplares en la Feria del Libro de Madrid, este domingo. EFE/Víctor Lerena

Óscar Romero, de Mary Read, que tuvo que reprogramar una firma con Alana S. Portero, considera que hay «un problema de base», que es que «el Ayuntamiento de Madrid no invierte en el mantenimiento del arbolado» y no ve razonable que «un parque, que es un refugio climático, en cuanto hace calor se cierre».

Editores como Juan Casamayor, de Páginas de Espuma, que lleva 28 ediciones en la feria del libro, auguran también una buena edición. «Si el año ha sido bueno, la feria suele ser buena», señala y recuerda que organizar un evento como este es «altamente complicado».

Casamayor considera un acierto el creciente peso que se le está dando a la programación cultural, más allá de las firmas, porque atrae más público y valora de forma positiva los esfuerzos por integrar el «boom de bibliodiversidad» del siglo XXI, en referencia a la explosión de sellos independientes que ha habido.

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