Una delegación del Kremlin y otra encabezada por el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, aterrizaron este jueves en Turquía para conversar cara a cara por primera vez desde 2022 sobre cómo poner fin a la guerra, pero no llegaron a verse en todo el día, como ha sucedido en estos tres últimos años de la invasión rusa. “No va a pasar nada hasta que [Vladímir] Putin y yo nos reunamos”, afirmó este jueves el presidente estadounidense, Donald Trump. El encuentro podría tener lugar este viernes, según adelantan los medios rusos, pero nada es seguro cuando hay negociaciones de por medio con el presidente ruso.
Putin convocó a Ucrania este jueves en Estambul para dialogar directamente por primera vez desde las fallidas negociaciones de marzo y abril de 2022. El presidente ruso desoía las exigencias europeas de una tregua y buscaba así un golpe de efecto ante Trump, ávido de lograr un acuerdo entre las partes al precio que sea y que incluso se ofreció a acudir a la urbe turca para contribuir a las negociaciones. Pero Zelenski aceptó el envite y llegó este jueves a Turquía con una nutrida delegación de altos cargos, solo para descubrir que el Kremlin había enviado a un equipo de segunda fila. Horas más tarde, el avión del líder ucranio abandonaba Turquía y dejaba atrás un equipo con la difícil misión de encauzar una negociación con los rusos.
“Tenemos una delegación al más alto nivel del Ministerio de Asuntos Exteriores, la oficina presidencial, los militares, representantes de todos los servicios de inteligencia, para poder tomar cualquier decisión hacia la deseada paz justa”, afirmó Zelenski a su llegada a la capital turca, Ankara: “Necesitamos entender el nivel de la delegación rusa, ¿cuál es su mandato? ¿Son ellos capaces de negociar cualquier cosa por sí mismos? Porque todos sabemos quién toma las decisiones en Rusia”.
El equipo ruso lo encabezaba Vladímir Medinski, actual jefe de la Unión de Escritores de Rusia, autor de los libros de historia que justifican todas las invasiones rusas en los últimos dos siglos y responsable de la delegación que negoció en las fallidas conversaciones bilaterales de 2022, celebradas también en Turquía.
Y si el nombramiento de Medinski no bastaba como señal del desinterés de Putin hacia las negociaciones, el dirigente firmó precisamente este jueves un decreto que amplía en dos años, hasta 2027, el llamado Plan de defensa de Rusia 2021-2025, un compendio de documentos militares secretos que el mandatario rubricó justo antes de lanzar en 2022 su invasión de Ucrania.
Trump justificó el desplante de Putin desde el avión presidencial, el Air Force One, en su camino a Abu Dabi, la capital de Emiratos Árabes Unidos, tras visitar Qatar. “[Putin] no iba a ir si yo no iba, así que no creo que pase absolutamente nada, os guste o no. Pero vamos a resolver esto porque hay mucha gente muriendo”, declaró el presidente de Estados Unidos. Para más show, Trump dijo después que partiría a “rumbo desconocido”, aunque añadió que “probablemente será Washington”.
Además de “no tener voluntad política” para negociar la paz, Zelenski acusó a Putin de “faltar al respeto” a los presidentes de Turquía y Estados Unidos, en un intento de tocar el ego de Trump. “Han enviado a sus representantes. El secretario de Estado [de EE UU] Marco Rubio está aquí [en Turquía], el ministro de Exteriores turco está aquí, el ministro de Exteriores de Ucrania está aquí”, recordó Zelenski, subrayando que Moscú no ha enviado siquiera a su jefe de la diplomacia, Serguéi Lavrov. Este respondió a las críticas tachando a Zelenski de “patético” por pretender que Putin asistiera a Estambul “sin haber negociado antes”, y la portavoz de Exteriores rusa, María Zajárova, lo llamó “payaso”. No obstante, los ataques rusos contra Zelenski no se repitieron contra la bravata de Trump.
“No creo que tengamos un avance aquí hasta que el presidente Trump y el presidente Putin se involucren directamente en el tema”, reconoció Rubio. “Está totalmente claro”, agregó el máximo responsable de la diplomacia estadounidense.
Desde luego, las eventuales negociaciones no empezaban con buen pie, además de estar rodeadas de numerosos rumores y desmentidos en torno a cuándo comenzarían y su formato. De hecho, no fue hasta que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se reunió con Zelenski en Ankara, que el ucranio accedió a desplazar a parte de su delegación de la capital turca a Estambul. Turquía lleva días conversando con rusos y ucranios para tratar de encarrilar las negociaciones, y además de ejercer de anfitrión de las negociaciones de Estambul y la reunión de Ankara, acogía este jueves en la ciudad costera de Antalya una reunión de ministros de la OTAN, donde el jefe de la diplomacia ucrania, Andrii Sibiga, mantuvo contactos con el secretario general de la Alianza Atlántica, Mark Rutte, y con sus socios occidentales, la mayoría de los cuales afearon a Putin no acudir a las negociaciones en Turquía.
Además de rusos y ucranios, las delegaciones de Turquía y Estados Unidos ejercerán de mediadores en diversos puntos. El equipo negociador de Ucrania está liderado por el ministro de Defensa, Rustem Umerov, un tártaro de la Crimea ocupada por Rusia que habla turco, inglés y ruso y ya participó en las negociaciones del corredor del grano y para la liberación de prisioneros de guerra en 2022. Le acompañan altos cargos del ejército y los servicios de inteligencia ucranios.
En una breve comparecencia en Estambul, el jefe de la delegación rusa respondió a las críticas ucranias alegando que Putin “dio instrucciones y definió la posición negociadora en Estambul en una reunión especial” el miércoles por la noche, a la que asistieron miembros del Gobierno y altos cargos militares, por lo que su equipo tiene “plena autoridad para llevar a cabo las negociaciones”.
Condiciones y compromisos
Para Ucrania, el principal objetivo de las negociaciones es la consecución de un cese de las hostilidades como vía para impulsar las conversaciones de paz. “Hemos confirmado en varias plataformas diplomáticas que estamos dispuestos a llegar a un compromiso. Tenemos muchas condiciones que poner al agresor, pero si nos piden compromisos podemos llegar a ellos. Lo primero que queremos es un alto el fuego”, explicó Zelenski.
Uno de los grandes ausentes del encuentro, Lavrov, enfatizó desde Moscú que el Kremlin mantiene su rechazo a la tregua de 30 días que piden Kiev y sus socios pese a que Putin prometió un diálogo “sin condiciones previas”. “Occidente no oculta que el alto el fuego es necesario para preparar a Kiev para la continuación de las operaciones militares”, aseveró el ministro de Exteriores ruso.
El jefe negociador del Kremlin aseguró que está dispuesto a ser “constructivo” y planteó que el objetivo de las negociaciones es “alcanzar, antes o después, una paz duradera y eliminar las causas profundas del conflicto”. Para Putin, las “causas profundas del conflicto” siguen siendo los mismos motivos por los que declaró la guerra en febrero de 2022: sustituir al Gobierno ucranio por otro en su línea, alejarlo de Occidente y desarmar al país.
La base para una negociación es, supuestamente para Rusia, el punto en el que quedaron las conversaciones celebradas en Estambul en marzo de 2022 -en las que Medinski también lideró al equipo ruso-. Entonces, Kiev ofreció una renuncia a su aspiración de adherirse a la OTAN a cambio de garantías de su seguridad y de que se aplazara al futuro la discusión sobre Crimea y la región de Donbás. Meses después de aquellas fallidas conversaciones, Putin escribió en su Constitución que las provincias ucranias de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia son rusas, además de Crimea, anexionada ilegalmente en 2014.
La parte ucrania no es optimista respecto a estas negociaciones. Por ello, Zelenski instó a sus socios occidentales -también a China y los países del Sur Global- a presionar a Moscú. En referencia a Trump, quien había afirmado que presionaría a ambas partes para lograr un acuerdo de paz, el presidente ucranio ha dicho que su país “ha sido más presionado que la otra parte”, por lo que pidió a Washington y a los gobiernos europeos que envíen más armas a Ucrania y aprueben más sanciones a Rusia para obligarla a negociar. “Rusia no siente que tenga que terminar la guerra, lo que significa que no hay suficiente presión política y económica. Por eso pedimos que si no hay acuerdo de un alto el fuego, si no se toman decisiones serias, haya más sanciones”, dijo.
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