La alta representante para Política Exterior de la UE, Kaja Kallas, ha decidido revisar si Israel está cumpliendo sus obligaciones en materia de respeto de los derechos humanos en Gaza, tal como estipula el acuerdo de asociación UE-Israel, el principal instrumento de intercambios políticos y comerciales bilaterales desde su entrada en vigor en 2000.
“Es necesario ejercer presión para cambiar la situación” en la franja de Gaza, ha dicho este martes la jefa de la diplomacia europea. “Está claro que hay una fuerte mayoría para revisar el artículo dos [del acuerdo], así que lanzaremos ese ejercicio”, ha anunciado Kallas al término del Consejo de Exteriores en Bruselas.
Este paso no supone de inmediato una suspensión del diálogo o del comercio con Israel, algo que requeriría una unanimidad que se está lejos de conseguir entre los Veintisiete. Con todo, este paso, que ya reclamaron España e Irlanda hace más de un año, sin que la Comisión Europea respondiera, representa un giro sustancial en la hasta ahora tímida respuesta conjunta europea a la ofensiva militar israelí en la franja de Gaza.
Antes de abandonar su cargo, el predecesor de Kallas, el español Josep Borrell, ya había realizado a finales del año pasado una revisión de este tipo y propuso suspender el diálogo político con Israel por la actuación del Gobierno de Benjamín Netanyahu en materia de derechos humanos, extremo que acabó siendo rechazado por los países. Lo que cambia ahora es que la iniciativa parte de los propios Estados miembros, incluso buena parte de aquellos que hasta ahora rechazaban dar este paso.
Kallas no ha querido revelar cuántos países han apoyado la propuesta, lanzada por Países Bajos —otro de los países hasta ahora más alineados con Israel—, limitándose a decir que fue una “enorme mayoría”. Fuentes diplomáticas confirman, sin embargo, que hasta 17 países han apoyado la iniciativa de revisar el artículo 2 del acuerdo de asociación, que establece que las relaciones entre las partes “se basarán en el respeto de los derechos humanos y los principios democráticos”.
Uno de los países que habría votado a favor es Austria, que hasta ahora se negaba rotundamente a criticar de forma directa las acciones del Gobierno de Netanyahu. También Polonia, igual que España o Francia, han apoyado la iniciativa, que han rechazado otros dos grandes de la UE, Italia y Alemania, de acuerdo con las fuentes.
En cualquier caso, este giro es consecuente con el tono cada vez más duro que la mayor parte de los países comunitarios y hasta extracomunitarios —el Reino Unido acaba de suspender su acuerdo comercial con Israel— ante lo que ya sin tapujos se califica de situación “insoportable” o “atroz” en Gaza, donde la población está sometida a una nueva ofensiva militar mientras se le niega el acceso a ayuda humanitaria.
“Lo que dice es que los países ven que la situación en Gaza es insostenible, lo que queremos es ayudar a la gente y desbloquear la ayuda humanitaria y que llegue a la gente”, ha señalado Kallas.
Además de la iniciativa neerlandesa, también España, apoyada por Irlanda, Eslovenia y Luxemburgo, había pedido en vísperas de la cita en Bruselas a Kallas una revisión del acuerdo UE-Israel y que esto lleve a “acciones concretas y significativas”.
“La UE tiene que hacer todo lo posible para que termine inmediatamente” la ofensiva israelí y debe para ello usar “todos los instrumentos a su alcance para poner toda la presión diplomática sobre Israel y que ponga fin a esta guerra y permita el acceso de ayuda humanitaria sin ningún impedimento”, ha dicho el ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, al comienzo de la cita en Bruselas. “El tiempo de las palabras ha terminado, el tiempo de las declaraciones, de las peticiones, llevamos ya demasiados meses (…) ha llegado ya la hora de las acciones. No podemos tolerar ni un minuto más lo que está ocurriendo”, ha insistido.
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