Durante la llega del nuevo milenio, el género péplum, que había vivido su época dorada durante las décadas de los 50 y 60, volvió a captar la atención del gran público gracias al éxito arrollador de ‘Gladiator’ (2000), de Ridley Scott. La película no solo fue un fenómeno de taquilla, sino que también arrasó en la temporada de premios, reabriendo de golpe el interés por los grandes relatos de la Antigüedad. Gracias a ello, Warner Bros. no tardó en mover ficha, y aprovechando la revitalización del género, el estudio se lanzó a producir ‘Troya’ (2004), un blockbuster ambientado en el conflicto mitológico de la Guerra de Troya. La narrativa del filme se inspiraría principalmente en la ‘Ilíada’, de Homero, aunque también se tendrían en cuenta otras fuentes clásicas como la ‘Eneida’, de Virgilio. Warner puso sobre la mesa la escandalosa cifra de 200 millones de dólares, una inversión que permitiría cerrar un reparto coral plagado de estrellas internacionales y filmar espectaculares batallas con miles de extras desplegados en pantalla.
Desde sus primeras fases, el proyecto estuvo rodeado de nombres de peso. El guion fue encargado a un joven y por entonces prácticamente desconocido David Benioff, quien años más tarde alcanzaría notoriedad mundial gracias a ser el creador de la aclamada serie de televisión ‘Juego de Tronos’, que se convertiría en uno de los mayores fenómenos televisivos del siglo. La dirección de la película recayó en Wolfgang Petersen, cineasta alemán que había alcanzado el reconocimiento internacional en los años 80 con títulos como ‘El submarino (Das Boot)’ (1981), ‘La historia interminable’ (1984) o ‘Enemigo mío’ (1985). Petersen había sido tanteado a finales del siglo pasado para hacerse cargo de la dirección de ‘Gladiator’, pero rechazó la oferta porque estaba desarrollando un proyecto sobre Batman y Superman que nunca llegó a materializarse. No obstante, la cancelación de su proyecto y el éxito posterior de ‘Gladiator’ lo persiguieron durante años, motivo por el que no dudó en aprovechar la oportunidad cuando Warner volvió a interesarse por él para un nuevo péplum.
El rodaje de ‘Troya’ arrancó en Malta, donde se construyeron escenarios naturales para recrear la ciudad, sin embargo, las altas temperaturas dificultaron el trabajo diario del equipo, lo que obligó a trasladar la producción unos meses más tarde a México, en busca de condiciones más manejables. El peso del reparto recayó en Brad Pitt, quien interpretó el papel de Aquiles. Pitt ya era por entonces uno de los actores más cotizados de Hollywood y asumió el rol del héroe griego con una preparación física exhaustiva. Junto a él, el actor australiano Eric Bana, quien había obtenido recientemente el reconocimiento gracias a títulos como ‘Black Hawk derribado’ (2001), de Ridley Scott, y ‘Hulk’ (2003), de Ang Lee, encarnó a Héctor. La producción también cerró la contratación de Orlando Bloom, todavía en la cresta de la ola gracias a su papel como Légolas en la trilogía de ‘El señor de los anillos’ de Peter Jackson, para dar vida a Paris. El elenco fue completado con otros prestigiosos intérpretes de la talla de Diane Kruger como Helena, el legendario Peter O’Toole como Príamo, Brian Cox como Agamenón, Sean Bean como Odiseo y Brendan Gleeson como Menelao.
Sin embargo, la producción tuvo que enfrentarse a numerosos contratiempos, ya que además de las ya mencionadas temperaturas sofocantes, también hubo que hacer frente a la irrupción del huracán Marty en tierras mexicanas, que obligó a suspender temporalmente las grabaciones, así como a la lesión de Brad Pitt, quien sufrió la rotura del tendón de Aquiles, una amarga coincidencia, dado el personaje que interpretaba, motivo por el que hubo que reestructurar nuevamente parte del calendario de rodaje. Sin embargo, el episodio más grave de toda la producción fue la muerte del actor y culturista maltés George Camilleri. Ganador de Mr. Malta en 1989, Camilleri participaba como extra en las secuencias de batalla, pero durante la grabación de una secuencia de combate en la playa de Ghajn Tuffieha, ubicada en Malta, que tuvo lugar el 30 de mayo de 2003, Camilleri sufrió una fractura en la pierna y tuvo que ser operado de urgencia. La tragedia llegó cuando tras una difícil intervención quirúrgica, el actor padeció grandes dificultades hasta que un coágulo le provocó un paro cardíaco que le llevo a la tumba el 17 de junio de aquel mismo año.
Una investigación judicial posterior en Malta vinculó la muerte con la película y concluyó que el Sr. Camilleri, un extra cinematográfico sin antecedentes médicos significativos, falleció a causa de un tromboembolismo pulmonar tras lesionarse durante el rodaje de una escena de acción. La autopsia indicó que dicha complicación, aunque grave, no es inusual tras traumatismos, fracturas o inmovilidad. El accidente ocurrió mientras se filmaba una escena en un galeón varado, donde unos 20 especialistas debían saltar al mar desde distintas posiciones. Según varios testigos, incluido el coordinador asistente de dobles Wayne Eastwood, los extras podían elegir entre saltar desde la parte delantera del barco o bajar por escaleras si no se sentían seguros. Sin embargo, el Sr. Camilleri saltó de lado en lugar de frente, lo que derivó en su lesión. La especialista Eunice Huthart presenció el momento y llamó a los paramédicos al notar que el hombre tenía problemas. Aunque algunos extras afirmaron sentirse presionados por la intensidad de la escena, la investigación concluyó que Camilleri no siguió las instrucciones de seguridad. El abogado de la familia, Edward Zammit Lewis, informó que se están negociando compensaciones con la aseguradora.
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