Una de cada cinco personas LGTBI+ ha sido acosada en el último año con insultos, aislamiento social o coacciones en el entorno digital. Además, el 42,5% se ha enfrentado a situaciones de odio. Estas son algunas de las conclusiones del informe Estado del Odio 2025, elaborado por 40dB para la Federación Estatal LGTBI+. “Nos enfrentamos a una normalización del odio, amplificada por discursos políticos que legitiman la violencia simbólica y allanan el terreno para la violencia física”, ha denunciado Paula Iglesias, presidenta de la Felgtbi+.
La investigación concluye también que la discriminación afecta a más del 25% del colectivo. Y constata un aumento “preocupante y alarmante” ―de casi 10 puntos― en las agresiones físicas o verbales, que pasan del 6,8% de la anterior investigación al 16,25% actual. “Estamos hablando de unas 812.000 personas agredidas”, han detallado este miércoles desde la Federación, durante la presentación de las conclusiones del estudio días antes del Día Internacional contra la lgtbifobia (17 de mayo).
La calle es el principal escenario donde se sufre el odio (ahí ocurre un tercio de estas situaciones). Le siguen los centros educativos (15,3%), los espacios de ocio (14,4%), el entorno familiar (9,1%) y laboral (8,5%). Hace unos días, la artista e influencer Shannis denunció en sus redes una agresión tránsfoba en la Feria de Sevilla. “Me han faltado el respeto varias veces. Tratándome mal, insultándome… Me parece muy triste que en 2025 no tengamos la libertad suficiente para estar en la Feria de Sevilla tranquilas. Me duele”, publicó.
A pesar de ello, en conversación con EL PAÍS, afirma que no va a presentar denuncia: “No pienso hacerlo”, explica, porque serían muchas “si tuviera que denunciar cada vez que me pasa algo así”.
“no pido respeto, lo exijo. no te lo pido, me lo das porque lo merezco” 💔 shannis denunciando los ataques transfobos que vivió en la feria de sevilla pic.twitter.com/94HPp2QKn1
— rs10 🌼 (@rafalozzz) May 10, 2025
La reacción de Shannis no es una rareza, pues la infradenuncia es elevada en los casos de lgtbifobia: el 46% de las víctimas no acude a las autoridades, de ahí que dos tercios de los ataques no sean reportados. A pesar de que se trata de una cifra muy alta, las víctimas denuncian más que antes, un 10% más que en 2023. Entre los motivos para no denunciar, las personas encuestadas remarcan que “no servirá de nada” así como el temor a no ser creído o cuestionado. Un 33,3% de los que denunciaron describe el proceso casi tan traumático como el mismo incidente.
A finales de abril, Víctor Sáez, concejal socialista de Lorquí (Murcia) de 32 años, fue insultado y golpeado por los dueños y trabajadores de un local de comida rápida, durante la celebración del Bando de la Huerta. Las personas entre 25 y 34 años, especialmente las personas trans y aquellas con menores ingresos, se encuentran entre los perfiles más expuestos al odio. “Es la segunda vez que me agreden por ser homosexual. Ya estoy cansado. Mi honor y mi persona van por encima de todo. Igual que yo respeto, respetadme”, resume Sáez, que sí denunció: “Me duele tener que soportar agresiones de este tipo y tener que callarte para no buscar problemas”.
El repunte de la violencia que constata Estado del Odio 2025 no es una realidad aislada, ya que tanto las estadísticas europeas como los datos del Ministerio de Interior constatan un aumento similar de los delitos de odio por orientación sexual e identidad de género. “Estamos hablando de derechos fundamentales y de vidas que hoy están en riesgo por una impunidad que no podemos seguir permitiendo”, ha incidido la presidenta de la Federación, que representa a más de 50 organizaciones de todo el territorio que luchan por los derechos LGTBI+.
La investigación, basada en una muestra de 800 entrevistas, revela que un 11,1% de la población española mayor de 18 años se reconoce como LGTBI+; es decir, unos 5 millones de personas. “Se eleva no solo el número de personas del colectivo, sino también su visibilidad”, destaca el estudio que remarca que más de la mitad de la población LGTBI+ (56,2%) se define como bisexual, seguida de gais (17,5%), lesbianas (11%), personas no binarias y asexuales (8%), personas trans (6,8%) e intersexuales (0,5%).
Un hallazgo novedoso de este informe es que se ha estudiado la relación entre la lgtbifobia y el tamaño de la población. “En los municipios de menos de 10.000 habitantes, el acoso y las agresiones aumentan con respecto a las zonas urbanas. Una de las razones es que identifica la Federación es que en entornos más pequeños, el acceso a recursos es menor, aumentando el riesgo y la desprotección. Sin embargo, la discriminación es más frecuente en las ciudades (29,1% frente al 22,2%)”, ha detallado la responsable de investigación de la Felgtbi+, María Rodríguez.
“[En entornos rurales] Hay mucha gente que desconoce nuestra realidad”, lamenta Mai Gorka Montiel Azkarate, de 31 años, que reside en un pueblo de unos 2.000 habitantes en el valle de Baztán (Navarra). “A veces es duro salir. Te cuestionan mucho, se sufre transfobia a diario. Por otro lado, notas el cariño, y te tratan bien, con respeto”, cuenta.
Para la presidenta de la Felgtbi+, las conclusiones de la investigación señalan con claridad lo que está fallando. “Sin recursos, sin formación obligatoria en derechos humanos y sin una legislación que se posicione contra los discursos de odio, seguiremos sumando víctimas. Es hora de dejar de mirar para otro lado”. De ahí que demande la aprobación de un Pacto de Estado, la implementación efectiva de las leyes que protegen al colectivo, el fomento de la formación en las aulas y la sanción firme de los discursos que deshumanizan y estigmatizan al colectivo en medios y redes sociales. “Este informe es una radiografía de la impunidad con la que hoy se puede agredir a una persona LGTBI+, pero también es una hoja de ruta para prevenir y revertir esta situación”, ha concluido Iglesias.
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