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Israel y el televoto: claves de su éxito en Eurovisión

Daniela Alias Fernández |

Madrid (EFE).- En cada edición de Eurovisión, el televoto se convierte en uno de los momentos más esperados y debatidos del certamen. A diferencia del jurado profesional, el voto del público refleja afinidades culturales, impacto mediático y, en ocasiones, tensiones políticas.

La participación de Israel en el Festival de Eurovisión ha generado controversia desde el inicio de la guerra en Gaza en octubre de 2023, con acusaciones de manipulación del televoto y cuestionamientos al sistema de votación. Los datos revelan que Israel ha dominado el televoto en 2024 y 2025, recibiendo los máximos puntos de países como España, mientras organismos como la Unión Europea de Radiodifusión (UER) defienden la integridad del proceso.

A continuación, repasamos cómo se reparten realmente los puntos del público y qué explica el constante respaldo a Israel en esta parte de la votación.

Sistema de votación en Eurovisión: equilibrio entre jurado profesional y televoto

El Festival de Eurovisión utiliza un modelo mixto de votación desde 2016, donde el jurado profesional y el televoto contribuyen equitativamente al resultado final. Cada país participante otorga dos bloques de puntos:

  • 50% determinado por un panel de cinco expertos musicales
  • 50% por el voto popular.

Ambos grupos asignan 12, 10, 8-1 puntos a sus diez canciones favoritas, excluyendo su propio país. Se puede votar a través de la app oficial, de la web http://www.esc.vote, por teléfono o por SMS. El coste es de 0,99 euros por cada voto.

Este sistema busca equilibrar el criterio técnico con la preferencia del público, aunque ha sido criticado por permitir que factores externos influyan en el televoto.

Imagen de la representante de Israel en Eurovision Yuval Raphael. EFE/EPA/GEORGIOS KEFALAS

Los jurados evalúan aspectos como calidad vocal, originalidad e interpretación durante el ensayo general previo a la gala. Sus votos individuales se agregan para formar la clasificación nacional, que luego se traduce en puntos. En 2025, por ejemplo, el jurado español no otorgó puntos a Israel, privilegiando a Suiza, Países Bajos y Francia.

Esta divergencia entre jurados y público ha sido clave en ediciones recientes, como cuando Suiza recibió el segundo lugar del jurado pero cero puntos del televoto en 2025.

El público vota mediante llamadas, SMS o la aplicación oficial, con un límite de 20 votos por persona. Los votos se procesan a través de la Plataforma de Respuesta Paneuropea (PERP), supervisada por 70 profesionales en Colonia. La UER insiste en que este sistema detecta patrones irregulares, aunque algunos eurofans críticos señalan su vulnerabilidad a campañas organizadas.

Evolución del televoto a Israel: de la guerra en Gaza a la polémica en Eurovisión

El inicio de la guerra en Gaza en octubre de 2023 coincidió con la preparación de Eurovisión 2024. Desde entonces, Israel ha registrado un aumento sin precedentes en su apoyo televisivo. En 2024, obtuvo 265 puntos del público (segundo lugar), cifra que ascendió a 297 en 2025, convirtiéndose en el país más votado. Este fenómeno se atribuye a una combinación de movilización política y estrategias de campaña financiadas por el gobierno israelí, según denuncias de RTVE y otros medios.

Este 2025, Israel recibió 12 puntos del televoto en 13 países, incluyendo España, Alemania, Francia y Reino Unido. Solo tres naciones (Armenia, Croacia y Polonia) no le otorgaron ningún punto. La distribución muestra concentración en Europa Occidental, con apoyo marginal en Europa del Este. Este mapa refleja divisiones geopolíticas contemporáneas, donde países aliados de Israel en la OTAN tendieron a respaldar su participación.

Imagen de archivo de más de 5.000 personas viendo Eurovision. EFE/ Raúl Caro
Imagen de archivo de más de 5.000 personas viendo Eurovision. EFE/ Raúl Caro

Estrategias de movilización

Una investigación de la Unión Europea de Radiodifusión (EBU, por sus siglas en inglés) ha revelado que la Agencia de Publicidad del Gobierno de Israel llevó a cabo una campaña de publicidad digital con el objetivo de promover el voto a favor de su representante en la final de Eurovisión 2025.

A diferencia de métodos anteriores que permitían votar contra canciones, el nuevo formato propagó anuncios a través de productos de Google en los días previos a la final. Esta táctica, combinada con llamados de partidos conservadores europeos a votar por Israel como símbolo anti-palestino, explica parte de su éxito. 

Respuestas institucionales y controversias

La UER ha defendido en múltiples ocasiones su sistema de televoto, al que califica como «el más avanzado del mundo». Martin Green, director ejecutivo de Eurovisión, afirmó que un equipo de 70 expertos analiza los votos en busca de irregularidades, aunque reconoció que “no se pueden controlar las motivaciones políticas detrás de cada voto”. La organización rechazó las solicitudes de auditoría presentadas por RTVE y las cadenas públicas de Bélgica e Islandia, alegando que los resultados ya habían sido verificados internamente.

En España, RTVE emitió durante la final de Eurovisión 2025 un mensaje con el lema «Paz y Justicia para Palestina«, desafiando las amenazas de sanción por parte de la UER por hacer referencia al conflicto en Gaza. La medida se produjo tras la advertencia de multa por los comentarios de sus presentadores sobre las víctimas palestinas durante la semifinal. José Pablo López, presidente de RTVE, defendió la decisión como un acto de “responsabilidad informativa ante violaciones de derechos humanos”.

La polémica trascendió a otros países. Islandia, cuyo televoto solo otorgó 4 puntos a Israel, exigió mayor transparencia en el proceso de recuento. Suiza, que evidenció una fuerte discrepancia entre el jurado y el voto popular, cuestionó la validez cultural del sistema actual. En contraste, cadenas como las de Alemania y Reino Unido respaldaron los resultados, considerándolos una expresión legítima de la libertad de expresión.

Imagen de la participación de Israel en Eurovisión. EFE/EPA/TIL BUERGY
Imagen de la participación de Israel en Eurovisión. EFE/EPA/TIL BUERGY

Limitaciones del sistema actual

Una de las principales críticas al sistema de votación actual es la falta de ponderación demográfica, especialmente en la categoría “Resto del mundo”, donde países con mayor población pueden influir de forma desproporcionada en el resultado final.

También genera controversia la posibilidad de emitir hasta 20 votos por persona, una medida que, si bien busca fomentar la participación, ha facilitado campañas organizadas, como las detectadas en comunidades digitales pro-israelíes, que logran concentrar apoyos de forma estratégica.

A esto se suma la falta de transparencia en la publicación de datos. La UER no desglosa los resultados por regiones o perfiles demográficos, lo que impide análisis independientes y ha incrementado la desconfianza sobre la legitimidad del sistema. Todo ello ha reavivado el debate sobre la necesidad de reformar el mecanismo de votación global.

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