Su mujer ya temía por su vida tras verle cada vez peor en las sucesivas pruebas de vida difundidas en las últimas semanas
MADRID, 11 May. (EUROPA PRESS) –
El grupo palestino Hamás ha divulgado un vídeo en el que aparecen dos de los rehenes que supuestamente siguen con vida en el interior de la Franja de Gaza, Yosef Haim Ohana y Elkana Bohbot, y en el que este último figura en aparente mal estado de salud, después de que, según su compañero, haya dejado de beber y de ingerir alimentos.
Ohana aparece sentado en el suelo junto a Bohbot, tumbado, para describirse respectivamente como el «prisionero número 21» y el «prisionero número 22». Según el rehén, su compañero «no ha dejado de intentar hacerse daño» y «no puede hacer nada» por el empeoramiento de su estado.
«Nuestras vidas corren peligro inminente, cada minuto es crítico», ha señalado, en un mensaje similar a otros lanzados por rehenes en los sucesivos vídeos que Hamás ha difundido desde que lanzó el 7 de octubre de 2023 un atentado sin precedentes en suelo israelí e Israel respondió con una ofensiva militar en Gaza.
Ohana interpela al Gobierno de Benjamin Netanyahu y pide, por ejemplo, el cese de los ataques aéreos, ya que ponen en peligro a los civiles gazatíes y también a a las personas que siguen cautivas en la Franja. Según reconoció el propio Netanyahu, quedan en principio 21 rehenes con vida.
Hamás, que ha utilizado este tipo de grabaciones como herramienta de presión, ha publicado en las últimas semanas varios vídeos de Elkana Bohbot, organizador de uno de los escenarios del festival Nova en el que fueron asesinadas 378 personas en el sur de Israel.
Su mujer, Rebecca González, reconoció recientemente a Europa Press que estas aparentes pruebas de vida no han hecho sino acrecentar su preocupación por su apariencia física y también por sus palabras, ya que, aunque cree que son los terroristas quien dictan qué decir, temía ya que el penúltimo fuese una suerte de despedida. «Hasta que hubo el primer vídeo quería saber cómo estaba pero no imaginé que me iba a doler tanto», admite esta colombiana en un encuentro organizado por Fuente Latina.
Cuando comenzó el ataque, llamó a su mujer para avisarle de que había terroristas. «Yo te prometo que vuelvo casa», le aseguró. «Me habló con tanta seguridad que me pareció que tenía todo controlado», asegura. Sin embargo, hacia mediodía un amigo de su marido la llamó para darle la noticia de que había sido secuestrado, ya que se le podía ver en uno de los numerosos vídeos de Hamás de aquel día.
Rebecca también ha sabido de su marido por uno de los rehenes que estuvo con él y que fue liberado en uno de los intercambios. A través de él le pidió que escuchara la canción ‘Guerrera’ que le dedicó antes de pedirle matrimonio y que habla una mujer fuerte y luchadora.
Eso es lo que trata de hacer, sobre todo por el hijo de 5 años que tienen en común y que todos los días pregunta por su padre, pero admite que es difícil y siente que está en «una montaña rusa». «Es como ponerse una máscara y salir a la calle», admite.
PETICIÓN AL GOBIERNO
Las familias de los rehenes han lanzado en este último año y medio sucesivos mensajes al Gobierno para que priorice la vida de sus seres queridos por encima de otros intereses políticos o militares, como volvieron a hacer el sábado en Tel Aviv en una concentración secundada por miles de personas.
«En estos momentos nos sentimos solos, no sabemos por qué las cosas se están alargando», reconoce con impotencia Rebecca González, quien cree que «todos los que estuvieron a cargo el 7 de octubre tienen que pagar y tienen que ir a la cárcel», sostiene, «así que están cuidando su silla».
«Hamás tiene una ideología, cada día nace uno nuevo y cada día van a haber más», señala esta colombiana casada con un israelí, para quien aquel día se cometió un «error». «¿Dónde estaba el Ejército? El Ejército es la única entidad que está para proteger a sus ciudadanos», subraya.
En su opinión, «Israel no puede pretender que va a acabar con Hamás» sino que lo que tiene que hacer es «preocuparse por traer a los secuestrados, terminar una guerra y utilizar todo para que esto no vuelva a pasar en el futuro» porque de lo contrario ninguna madre querrá enviar a sus hijos al Ejército para que los secuestren y no regresen y entonces «ya no va a haber ninguna protección en Israel».
«El Gobierno de Israel piensa que con presión, con bombardeos» puede liberar a los rehenes pero «no, están 30 metros debajo de la tierra, no hay manera de llegar a ellos y sacarlos con vida», sostiene.
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