Últimas Noticias

El ritual hasta que el Papa sale al balcón central de la Basílica de…

   ROMA, 8 May. (EUROPA PRESS) –

   Los 133 cardenales encerrados en la Capilla Sixtina han alcanzado un acuerdo esta tarde y ahora comienza un ritual hasta que el nuevo Papa salga al balcón central de la Basílica de San Pedro.

   Tan pronto como un cardenal ha alcanzado la mayoría necesaria de dos tercios de los votos, la elección será válida según el derecho canónico.

   El cardenal de mayor rango –o el segundo si el primero fue elegido Papa– pregunta en latín al cardenal electo: «¿Aceptas tu elección canónica como Papa?». Con la aceptación, la persona elegida se convierte inmediatamente en Obispo de Roma y por tanto en Papa.

   A continuación, se le pregunta cómo le gustaría llamarse. El Maestro de Ceremonias Papal, que actúa en este momento como notario, emite un documento que da fe de la aceptación y del nombre papal elegido.

   El cónclave finaliza con la aceptación de la elección del nuevo Papa. A partir de este momento, el Sustituto de la Secretaría de Estado, el Ministro de Asuntos Exteriores de la Santa Sede y el Prefecto de la Casa Pontificia podrán entrar en la Capilla Sixtina para consultar con el Papa sobre asuntos relevantes en ese momento.

   Tras el ritual de aceptación, se queman todas las papeletas, documentos electorales y actas de los cardenales, junto con un cartucho que asegura el color correcto del humo. La columna de humo blanco sobre la Capilla Sixtina informa de la elección del nuevo Pontífice.

   El cardenal elegido entra en la sacristía anexa a la Capilla Sixtina, la llamada ‘Cámara de las Lágrimas’. Allí, con la ayuda del maestro de ceremonias, se quita las vestiduras cardenalicias, se viste con una de las tres túnicas papales blancas preparadas y permanece unos minutos en oración personal.

   Además, según explican a Europa Press fuentes eclesiales, hay una tradición no escrita, según la cual él secretario del Cónclave entrega el solideo al Papa y a su vez este le entrega su solideo rojo como una especie de anticipo de que en el primer Cónclave le hará cardenal.

   De regreso a la Capilla Sixtina, el nuevo Papa ocupa su lugar en la cátedra, la silla del Obispo de Roma. El obispo cardenal de mayor rango le da la bienvenida.

   Entonces, el cardenal protodiácono, Dominique Mamberti -si no es el elegido- proclama un pasaje del Evangelio, como Mateo, 16 («Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia») o Juan 21 («Apacienta mis ovejas»).

   Después, todos los cardenales se acercan uno a uno para rendir homenaje al Papa y jurarle obediencia. Al final, el Papa y los cardenales cantan juntos el ‘Te Deum’, la gran oración de la Iglesia para dar gracias a Dios en las grandes celebraciones.

   Antes de que el cardenal protodiácono Dominique Mamberti suba a la logia de la Basílica de San Pedro y anuncie el «Habemus Papam» («Tenemos un Papa») y el nombre del nuevo Papa, se reúne brevemente en la cercana Capilla Paulina.

   Allí, el Papa reza en silencio ante el Santísimo Sacramento. Sólo entonces se dirige a la logia de bendición de la Basílica de San Pedro, saluda al pueblo reunido y da su primera bendición apostólica «Urbi et Orbi».

Fuente: Noticia original