No hay tantos líderes políticos capaces de hacer saltos mortales en una piscina. Literales. El portugués Luís Montenegro, que en la juventud aprendió a realizar volteretas, es uno de ellos. Este domingo demostró que también controla las piruetas políticas peligrosas. Se arriesgó al someterse a una moción de confianza que provocó la caída de su Gobierno y la convocatoria de elecciones anticipadas y cayó bien. El candidato de AD, la coalición conservadora que lidera, ha reforzado su victoria en las elecciones del domingo y da por enterrada la polémica de su empresa familiar, Spinumviva, origen de la crisis política. Aunque será un caso que seguirá vivo de momento en la vía judicial.
Este mismo martes, la Fiscalía General de la República informó que ha solicitado datos adicionales a Montenegro relacionados con la empresa dentro del proceso de investigación previa que abrió en marzo. También han reclamado nuevos documentos al líder socialista, Pedro Nuno Santos, objeto de una investigación similar por la compra de dos casas.
Al no obtener una mayoría absoluta, el principal desafío que afronta ahora el primer ministro es lograr apoyos en el Parlamento para gobernar y sacar adelante proyectos esenciales como los Presupuestos del Estado. Su dilema será elegir entre el Partido Socialista (PS) y la formación de ultraderecha Chega, que en la legislatura pasada le impusieron a veces medidas que no compartía. Distintas voces en su coalición anticipan que no habrá líneas rojas a la hora de dialogar con Chega, que dio la sorpresa en las elecciones del domingo y que podría sobrepasar a los socialistas como segunda fuerza cuando concluya el escrutinio del voto del exterior, donde los populistas se impusieron en 2024.
El ministro de Infraestructuras y Vivienda, Miguel Pinto Luz, señaló que “no rechazarán negociaciones medida a medida” con Chega, aunque no le abrirán la puerta para sentarse en el Gobierno. En declaraciones a Rádio Observador, indicó que la AD “no debe tener un socio preferencial” y que tendrá una posición de “humildad” para negociar con todas las fuerzas políticas.
También Hugo Soares, líder del grupo parlamentario del Partido Social Demócrata (PSD), socio mayoritario de la coalición de gobierno, dejó claro en una entrevista en la cadena SIC que no habrá invitación a Chega para entrar en el Gobierno porque mostraría que “el primer ministro no tiene palabra”, pero que eso no impedirá negociaciones parlamentarias.
A falta de asignar cuatro escaños del voto exterior, la nueva Asamblea de la República mostrará un bloque mayoritario a la derecha, con la suma de AD, Chega e Iniciativa Liberal, que creció por debajo de sus expectativas, y una izquierda menguante y más fragmentada que nunca. Seis partidos, uno más que en los últimos años, con el estreno de una formación regionalista de izquierdas de Madeira, que aportan tan solo el 30% de los 230 diputados.
Audiencias a los líderes
El presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, inició este martes las audiencias a los líderes para conocer sus preferencias de gobernación. A diferencia de las prisas de 2024, el jefe de Estado quiere conceder el tiempo que sea necesario a los partidos para asegurar un gobierno estable que no caiga ante el menor contratiempo y conduzca de nuevo a las urnas.
Montenegro, el primero en pasar por el Palacio de Belém, abandonó este martes el encuentro sin realizar declaraciones. Su intención, como ya anticipó la noche electoral, es gobernar en solitario con negociaciones puntuales en la Cámara.
Su situación será más cómoda en relación con el Partido Socialista, que entra ahora en una etapa de psicoanálisis para tratar de entender por qué han perdido más de 900.000 votos en tres años. Su candidato y líder, Pedro Nuno Santos, que anunció su dimisión el domingo, es responsabilizado del descalabro por haber permitido la convocatoria de elecciones y escorarse hacia la izquierda.
Aunque facilitó la aprobación de los Presupuestos y frustró dos mociones de censura contra Montenegro (una de Chega y otra del Partido Comunista), sus críticos consideran que dio demasiados bandazos y que fue visto como responsable de la inestabilidad que llevó a los comicios. Tras la reunión con el presidente de la República, Santos descartó este martes desvelar cuál será la posición del PS ante el nuevo Gobierno, que deja en manos de su sucesor.
La mayoría de los socialistas que están haciendo declaraciones apuestan por hacerle la vida cómoda a AD y facilitar su gobernación. Es también la posición que defiende el exministro José Luís Carneiro, que ya ha anunciado su intención de optar al liderazgo. Carneiro fue derrotado por Santos en las primarias que decidieron al sucesor de António Costa, cuando dimitió en noviembre de 2023. El próximo fin de semana se pondrá en marcha el proceso electoral. Carneiro es partidario de negociar reformas en “áreas vitales” sin llegar a construir una coalición central “que sería perjudicial para los dos partidos”.
Y también las cosas han mudado en las filas de Chega. Si su fundador, André Ventura, defendió con ahínco su entrada en el Gobierno en 2024, su fortalecimiento electoral le permite verse como una alternativa real en el futuro. Sus pasos estarán medidos a partir de ahora por ese objetivo de ganar las próximas elecciones. En lo inmediato, sus dirigentes se han mostrado a favor del diálogo con la coalición AD. “Estamos disponibles para dialogar, pero es Montenegro el que tiene que tender puentes. Ahora tiene que escoger si dialoga con Chega o el PS”, señaló Pedro Pinto, presidente del grupo parlamentario, en la SIC.
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