El actual alcalde de Bucarest y candidato independiente y europeísta, Nicusor Dan, de 55 años, se ha impuesto este domingo al ultranacionalista George Simion, de 38 años, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales celebradas de Rumania, según dos sondeos a pie de urna. De confirmarse a través del escrutinio, la victoria de Dan confirmaría el apego del país a la Unión Europea. La empresa demoscópica Avangarde concede al regidor de la capital rumana un 54,9% de los apoyos frente al 45,1% de su contrincante; mientras que Curs le da una 54,1%, frente al 45,9% de su rival en las urnas. Simion ha rechazado por el momento los datos arrojados por las encuestas.
Con mucha emoción y preocupación, los rumanos se han volcado desde primera hora de este domingo para votar en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, que en primera instancia ganó hace dos semanas el ultraderechista George Simion, con el 41% de los apoyos.
Estas elecciones, calificadas como las más importantes de la era democrática, ya que dirimirán el devenir geopolítico del país, tuvieron que repetirse después de que un candidato prorruso y extremista, Calin Georgescu —que ha apadrinado a Simion—, se impusiera en el primer envite en noviembre y el Tribunal Constitucional anulara el proceso por supuesta injerencia rusa. Esto desencadenó una implosión política en este país de la Europa del Este que ha puesto en guardia también a la Unión Europea.
En la tarde de este domingo, mientras los rumanos elegían a su futuro presidente, los usuarios de Telegram en Rumania recibieron un mensaje enviado por una cuenta asignada al fundador Pavel Durov. Poco después, el Ministerio de Exteriores rumano denunció injerencia ruso. “Durante las actuales elecciones presidenciales de Rumania, una vez más vemos las marcas de la interferencia rusa. Una campaña viral de noticias falsas en Telegram y otras plataformas de medios sociales tiene como objetivo influir en el proceso electoral”, señaló Andrei Tarnea, portavoz de la cancillería.
“En las elecciones de hoy ha ganado una comunidad rumana que quiere cambiar profundamente Rumania, que funcionen las instituciones estatales, se reduzca la corrupción, un entorno económico próspero; una comunidad que quiere una sociedad del diálogo y no del odio”, afirmó Dan tras conocer las primeras encuestas.
Por su parte, Simion, líder de la Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), que ha rechazado los primeros datos difundidos por los sondeos a pie de urna, ha reivindicado una “victoria clara”. “No vamos a vengarnos de nadie; a partir de mañana empezamos la reconstrucción de Rumania”, ha declarado el ultra en las escaleras del Senado, ubicado en la Casa del Pueblo, el segundo edificio público más grande del mundo. “Soy el nuevo presidente de Rumania con una gran diferencia, contad correctamente cada voto”, manifestó posteriormente en sus redes sociales.
La jornada electoral
La afluencia a las urnas ha llegado a casi el 65%, doce puntos más que en la primera vuelta celebrada el 4 de mayo. A este crecimiento ha contribuido el fuerte tirón de la diáspora. Con los datos aún provisionales, 1.533.668 personas han ejercido su derecho al voto desde el extranjero, muy por encima de lo registrados hace dos semanas.
“Espero que la lucha contra el odio y la manipulación gane; quiero una Rumania libre, democrática, donde nos podamos contradecir de un modo civilizado”, remarcó durante la jornada electoral Cristina, estudiante de la Facultad de Ingeniería Aeroespacial de Bucarest. Llevaba esperando más de media hora para votar en el colegio electoral situado en el Complejo Regie, el campus universitario.
“Voto por los valores con los que he crecido, el respeto y el rumbo europeo”, continuó esta joven, que miraba orgullosa a su alrededor por la movilización que está encabezando su generación. “Es un momento crucial para nosotros, no podemos apartarnos de Europa”, recalcó María, estudiante de Ingeniería Química, al mismo tiempo que se muestra esperanzada mientras señala la larga cola de personas que desean votar.
“Nos interesa el futuro de Rumania, no perdemos la esperanza de que el país debe seguir avanzando”, explicó Alex, profesor de Historia, a su salida del Instituto Spiru Haret, en el centro de Bucarest, donde muchos ciudadanos también esperaban pacientemente. “Indiferentemente de quien salga presidente, debemos estar contentos porque hemos expresado nuestra voluntad”, agregó. A su lado, Raluca se mostró más escéptica con los votantes de Simion. “Muchos dicen que no lo votan por temor, pero lo harán porque están hartos de la actual clase política, que lleva gobernando desde hace más de una década”, aseguró esta contable de una empresa extranjera.
Interferencia de Moscú
Para Cristian Preda, profesor de Ciencias Políticas, Rumania no había vivido antes una interferencia del Kremlin como la sufrida ahora. “El apoyo expreso de altos cargos rusos y de Alexander Dugin [el ideólogo del presidente Vladimir Putin] a Georgescu ha cambiado el objetivo de los comicios, ya que Rusia nunca se había implicado en los procesos electorales de Rumania hasta este momento, jamás había apoyado a un candidato a la Jefatura de Estado”, señala.
El politólogo, que fue secretario de Estado en el Ministerio de Exterior, destaca que Rumania había gozado de una saludable alternancia democrática hasta 2012, con un partido en el poder y su contrincante en la oposición. Pero, desde entonces, las dos principales formaciones —el Partido Social Demócrata (PSD) y el Partido Nacional (PNL)— sellaron una alianza que ha monopolizado los gobiernos y frenado el nacimiento de otras formaciones. “Nicusor creó la Unión Salvar Rumania (USR) en 2016 con ideas europeístas, mientras que George Simion cofundó en 2019 la formación de extrema derecha AUR, que ha aunado a los nostálgicos tanto del comunismo como del fascismo rumano del periodo de entreguerras”, relata Preda.
Además, advierte de cuatro escenarios que tacha de “apocalípticos” si Simion llega al Palacio Cotroceni, sede de la Presidencia. Primero, sería el nombramiento de Georgescu como primer ministro. “Este personaje, que habla de impulsar la economía rumana a través de la industria del caballo, crearía una importante crisis económica por su falta de conocimientos y sus ideas poco ortodoxas”. En un segundo, forzaría su designación como jefe del Ejecutivo: “Si no se elige a Georgescu en 60 días, el Parlamento —donde las fuerzas de extrema derecha suman el 32% de los escaños— se podría disolver y obligar a ir a unas elecciones legislativas anticipadas”.
En tercer lugar, Simion quiere organizar un referendo en el que los rumanos puedan determinar si la decisión del Tribunal Constitucional de anular la primera vuelta de las presidenciales en noviembre fue correcta. “Si gana que no se debieron cancelar, se celebraría de nuevo supuestamente para volver a la vida democrática”, indica. Y, como último escenario, ha propuesto otro plebiscito para cambiar al país de una República a una Monarquía, un trámite que la Constitución no permite, según Preda, pero cree que Simion podría incluso llegar a pasar por encima de las decisiones del Tribunal Supremo y firmar un decreto que lo imponga.
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