MADRID 30 May. (EUROPA PRESS) –
Las autoridades suizas se mantienen «hipervigilantes» ante la evolución del tapón que se ha generado en un valle de los Alpes por la rotura de un glaciar ya que, aunque el agua del río que ha quedado anulado ha comenzado a abrirse paso, los servicios de emergencia siguen sin poder descartar a estas alturas «el escenario de crecida extrema».
El pueblo de Blatten, donde hasta la semana pasada vivían unas 300 personas, ha quedado sepultado bajo una acumulación de escombros, hielo y piedras que ha interrumpido también el caudal del río Lonza, lo que ha llevado a las autoridades a ordenar nuevos desalojos como medida de precaución ante una posible gran riada.
Los militares desplegados aún no han podido comenzar su intervención porque siguen cayendo cascotes desde la montaña, pero la apertura de algunas vías de agua han llevado al responsable de los servicios de riesgos naturales del cantón de Valais, Raphael Mayoraz, a señalar este viernes que «desde el punto de vista puramente técnico», la situación es «buena» y evoluciona de manera favorable, «es decir, no demasiado rápido».
Sin embargo, la zona sigue siendo a todos los efectos «extremadamente peligrosa». «Hasta que el lago no se haya vaciado parcialmente y se haya abierto un camino suficientemente claro, seguiremos hipervigilantes», ha explicado en declaraciones a la cadena de televisión pública RTS. En este sentido, ha advertido de que pueden darse fenómenos «incontrolables» si, por ejemplo, se han generado bolsas de agua.
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