En el Estadio Carlos Tartiere, el mayor feudo del fútbol asturiano con más de 30.000 espectadores de capacidad, llevan 24 años esperando para recibir a los mejores equipos del fútbol profesional español, demasiado tiempo para el decimonoveno club histórico de LALIGA. Muy cerca, en El Sardinero, las 22.000 gargantas del R. Racing Club comparten el mismo sueño tras tres años en LALIGA HYPERMOTION. En el UD Almería Stadium, 18.000 aficionados rojiblancos ven muy cerca el regreso a la categoría que perdieron hace un año tras ser líderes durante cuatro jornadas. Y en la pequeña localidad de Miranda de Ebro, los 6.000 jabatos que apoyan al CD Mirandés disfrutan de la ilusión de desfilar por primera vez en su historia por LALIGA EA SPORTS.
La masa social de los cuatro clubes con posibilidades de ascender este curso, premio obtenido ya por el Levante UD y Elche CF, ha vivido con orgullo el buen trabajo de los suyos. A través de los testimonios de cuatro aficionados se percibe la ilusión por ganar la tercera plaza que da acceso a LALIGA EA SPORTS.
El hijo del centrocampista que consiguió un ascenso para el recuerdo

“Mi padre fue jugador del Oviedo y ahora le transmito ese sentimiento a mis hijos”
Pablo Mendoza
Pablo Mendoza no entiende su vida sin el Real Oviedo. Su afición nació prácticamente con él, en una casa que respira oviedismo. Su padre, Javier Mendoza, exjugador del club que logró el ascenso a Primera división en la temporada 71-72 como pieza fundamental en el centro del campo, le transmitió ese sentimiento de fidelidad. “Siento un cariño fraternal por el escudo. Sufro mucho cuando las cosas van mal y soy feliz cuando van bien”, confiesa. Subir de categoría, dice, tendría “un impacto brutal, no solo en la ciudad, sino en toda la región”, en la que el club cuenta con un récord histórico de 25.000 abonados. Y piensa, sobre todo, en “los jóvenes que no han visto nunca al Real Oviedo en lo más alto”, como sus hijos.
En su memoria guarda momentos imborrables. Uno de los más especiales ocurrió el día de su primera comunión, cuando, por casualidad, se cruzó con toda la plantilla del Oviedo en un hotel del centro de la ciudad. “Se acercaron, nos firmaron autógrafos… Para un niño fue un sueño”, recuerda emocionado. Entre sus ídolos, cita a Jokanovic, Carlos, Prosi, Dubovsky, Cervero o Curro, pero si tiene que quedarse con uno, elige a Santiago Cazorla, “por su trascendencia y por lo que representa esa garra y ese coraje”. Y cuando debe definir al Real Oviedo con una sola palabra, no duda: “casa”. Con optimismo y esperanza, Mendoza puntúa la temporada con un nueve y lanza su deseo: “¡Vamos a por el diez!”.
El ascenso, en familia, sabe mejor

“Aunque somos más mayores,
la pasión permanece intacta”
Juana Luque

A los 11 años, Juana Luque dejó su Lopera natal, en Jaén, para emigrar con su familia a Miranda de Ebro. Allí, en la escuela nocturna, conoció a Pablo, su actual marido. Juntos comparten su pasión por el CD Mirandés, que han transmitido a los suyos. Desde sus primeros días como socios y miembros de la peña Rojillos, la pareja ha seguido al equipo por toda España, animándolo en campos de barro que, a veces, no tenían ni asientos, y celebrando cada ascenso como una victoria personal. “Hemos viajado mucho con el Mirandés. Aunque somos más mayores, nuestra pasión permanece intacta”, afirma Luque.
Este año, la ilusión se ha renovado con fuerza. “Lo que ha pasado esta temporada es una locura. Estamos a tope”, dice entusiasmada. Con jugadores que, según ella, “pueden ascender”, Luque otorga un 10 al equipo, al entrenador y a la afición. Entre sus recuerdos más entrañables, destaca la figura de Pablo Infante, símbolo de una época bonita para la entidad en la que consiguieron la histórica clasificación para las semifinales de Copa del Rey. Este año, tienen al alcance de un par de eliminatorias conseguir un hito aún mayor. Y mirando al futuro, sueña con ver al club en LALIGA EA SPORTS y con un estadio modernizado. Para Luque, el CD Mirandés no es solo un equipo de fútbol: es parte de su historia, de su familia y de su vida. Una pasión que ha compartido con su marido, sus hijos y ahora con sus nietos, lo que demuestra que su amor por los colores rojo y negro puede trascender generaciones.
De Estados Unidos a filmar un documental sobre el sueño racinguista

“Una abuela me cambió
la vida por el Racing”
Joe Freihofer

En 2019, Joe Freihofer, un joven estadounidense, llegó a Santander para realizar un intercambio universitario. Su sueño: convertirse en periodista deportivo y cubrir LALIGA EA SPORTS. Lo que no imaginaba era que su estancia lo llevaría a una conexión profunda con el R. Racing Club. Al llegar, Freihofer fue acogido por Bienvenida, la abuela del exdelantero racinguista Iván Bolado que, al leer en su carta de presentación su pasión por el fútbol, decidió abrirle las puertas de su hogar. “Ella me cambió la vida completamente”, recuerda desde Atlanta, donde ha logrado convertirse en uno de los hosts más reconocidos de la MLS, la primera división estadounidense. Desde la primera semana, Bienvenida le introdujo en el mundo racinguista. Le llevó a casa de unos vecinos socios del club, donde Freihofer descubrió colecciones de bufandas, camisetas y recortes de prensa que narraban la historia del equipo. Incluso, sin entender completamente el idioma, fue invitado a un partido en El Sardinero, una experiencia que marcó el inicio de su amor por la entidad.
Con un móvil, un trípode y un nivel básico de español, Freihofer grabó su primer resumen del partido en las afueras del estadio. “Fue allí cuando supe lo que quería hacer con mi vida”, afirma. Practicaba el himno “La Fuente de Cacho” en su habitación, y Bienvenida le corregía cada noche, fortaleciendo aún más su vínculo con ella, el club y la cultura local. Tres años después, Freihofer regresó a España para estudiar un Máster en Periodismo Deportivo en Barcelona. Volvió a Cantabria para realizar el documental “El Sueño del Sardinero”, que narra la lucha del equipo por regresar a LALIGA EA SPORTS y la trayectoria de Iván Bolado. “Estos colores me guiaron a elegir mi camino en esta vida”, confiesa Freihofer. Para él, el Racing representa una pasión que trasciende fronteras y que espera ver culminada con el ascenso.
El canterano que ha convertido su trabajo en su pasión

“Mi mayor suerte es haber compartido vestuario con los ídolos de mi infancia”
José Antonio Belmonte Jiménez ‘Gorri’

José Antonio Belmonte Jiménez, más conocido como ‘Gorri’, es mucho más que un nombre en la historia del fútbol almeriense. Desde su infancia, sus padres le llevaban al estadio Juan Rojas –actual campo de rugby- para seguir al Almería CF (rebautizado UD Almería en 2001) y al Club Polideportivo Almería, sembrando en él una pasión que ha perdurado toda su vida. Como defensa central, Gorri destacó por su firmeza y liderazgo, llegando a ser capitán del filial rojiblanco. Su carrera le permitió compartir vestuario con ídolos de su infancia como Francisco, Luna y Ortiz, capitanes convertidos en símbolos para la afición almeriense. Para Gorri, la UD Almería es más que un club y ha perdido la cuenta de las veces que ha acompañado a su equipo por España. “Es un sentimiento y una pasión por el cual cada domingo sufro”, confiesa.
Actualmente, Gorri es el propietario del restaurante La Salada, punto de encuentro para futbolistas y aficionados. Su carácter afable y espíritu servicial le han convertido en un referente social y en un verdadero embajador de Almería. Con la mirada puesta en el futuro, Gorri sueña con ver a la UD Almería nuevamente en LALIGA EA SPORTS. “Para la ciudad sería muy positivo que el equipo estuviese nuevamente en la máxima categoría del fútbol español”, afirma. Si tuviera que definir al club en una palabra, sería “sentimiento”. Y en cuanto a la temporada actual, le otorga un sólido 8. Considera que “Almería se merece el ascenso porque esta ciudad está destinada a compartir hitos con los mejores equipos del fútbol español”.
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