Javier Herrero |
Madrid (EFE).- Quince años puede llevarse hablando de la supuesta burbuja de festivales de música en España, años en que todo fue igual o mejor, aunque son muchos los agentes del directo que señalan a EFE que esta temporada que arranca ya con Primavera Sound se presume dura y podría traer el final de un ciclo.
«Yo creo personalmente que estamos entrando en una crisis después de la euforia postpandemia. Esa curva ascendente se está frenando y se venden bastantes menos tickets, aunque es pronto para ver si será definitivo», apunta Pascual Egea, presidente de la Asociación de Promotores Musicales (APM), la mayoritaria del sector.
Coincide con Nacho Córdoba, «head promotor» en Live Nation España, la principal promotora, al destacar el factor de alta competencia: «Hay mucha más oferta de festivales, pero también mucha más de ‘shows’ individuales de artistas principales en gira».
Egea aprecia que el bolsillo de los potenciales asistentes «ahora es más pequeño» y, de elegir, una mayor tendencia a acudir a esos conciertos de superestrellas, como en el caso de los diez conciertos de estadio de Bad Bunny en 2026 por su cualidad de momento histórico.
«Durante años el cartel no era tan importante, porque la experiencia en sí era suficiente. Cuando el bolsillo se hace más pequeño, el público se vuelve más exigente y el cartel vuelve a ser importante», destaca, a lo que Córdoba agrega que «la decisión de compra se toma cada vez más tarde».
Casos de éxito
Primavera Sound sí ha agotado todas las entradas. De hecho, según ha señalado a EFE Alfonso Lanza, director del festival, espera que «sea una de las más exitosas de toda la historia del festival» con Charli XCX, Sabrina Carpenter y Chappell Roan, en la primera ocasión en que todas las cabezas de cartel son mujeres (y jóvenes).
«Inmediatamente después de desvelarlo el público respondió de forma entusiasta, lo que nos llevó al sold out más rápido de la historia exceptuando la excepcional edición pospandémica», revela, algo que achaca a «un cartel que conecta con el presente de la música y reafirma la singularidad de Primavera Sound«.

Muchos otros coinciden en que ha sido complicado encontrar cabezas de cartel. Lo ha vivido Mad Cool Festival, en Madrid, que la pasada semana perdía uno de sus principales conciertos de la apertura por razones médicas, el de Kings of Leon, «pero que en un intervalo de 72 horas» fichó a una banda aún más potente, Muse, que se suma a Alanis Morissette, Nine Inch Nails y Olivia Rodrigo, entre otros.
«En realidad, si no fuésemos un mercado potencial y un festival asentado, no hubiese sido fácil hacer este movimiento en tan poco tiempo», explica Javier Arnaiz, codirector de la cita, que según sus declaraciones tampoco se verá afectada por el temido vaivén, «con unas ventas importantes en la misma línea del año pasado».
Más causas del freno
El diagnóstico para otros eventos no es el mismo, según Arnaiz: «Llevamos más de 15 años hablando de la burbuja festivalera, pero esta vez sí es cierto que estamos comenzando a ver cierta realidad en este debate».
Arnaiz cita «cierto desgaste» de la denominación de «festival», «mal asociada en muchos casos a ciertos eventos», con promotores que organizan citas culturales «por el mero hecho de obtener una exención fiscal».
Cita además «una excesiva oferta en el mercado, aumentos de costes de producción, de los contenidos (artistas), de la logística de vuelos, hoteles y transportes para los fans de la música».
«Todo esto esta llevando al mercado a puntos críticos», alerta tras las «varias cancelanciones» que ya se apreciaron a nivel mundial el año pasado y que en este 2025 «está creciendo a un ritmo más elevado», aunque en su opinión el desgaste no afectará a los grandes festivales, «más asentados».
Estabilidad de los ciclos musicales
También parecen haberse salvado de momento los ciclos como Icónica Fest de Sevilla o Noches del Botánico de Madrid «por su casuística y aforos, que suelen ser menores».
El director del festival sevillano, Javier Esteban, valoró en declaraciones a EFE el éxito de su actual edición y la consolidación del proyecto, en un lugar como Sevilla «que no era una ciudad vendedora de entradas», pero que ha conciliado una programación ecléctica con estrellas como Justin Timberlake o Kylie Minogue con «un escenario único», el de la Plaza de España.
«Nosotros no hemos notado ningún ningún descenso en ventas. De hecho, seguimos en la línea del año anterior, que ya fue espectacular», asegura uno de los codirectores de Noches del Botánico, Ramón Martín. En su oferta, este año, tendrán el único concierto de Morrissey en España.
«Pero sí hay un poco de demasiada saturación ahora en el mercado. España es un país que tiene más de 1.200 festivales, una cifra que es un disparate, muchos de los cuales se van copiando los unos a otros, con los mismos artistas», opina, antes de destacar la importancia de desarrollar lo experiencial de la cita y no solo lo musical.
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