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Aumentan las críticas a Von der Leyen por su silencio sobre Gaza

“¿Cómo puede la presidenta de la Comisión Europea callar ante un proyecto de exterminio y de limpieza étnica que se transmite en directo, cada día, desde Gaza?” La recriminación que la presidenta de los Socialistas y Demócratas (S&D), la española Iratxe García, lanzó esta semana en el pleno de la Eurocámara resonó con fuerza a unos centenares de metros, en la sede del Ejecutivo europeo liderado por Ursula von der Leyen. Esta es una pregunta que lleva mucho tiempo flotando en Bruselas y en otras capitales europeas ante lo que cada vez más consideran un silencio incomprensible de una líder política que no dudó en plantarse en Israel para mostrar su solidaridad con el país inmediatamente tras el ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre de 2023 y que tampoco tiene reparos en pronunciarse públicamente una y otra vez en apoyo de Ucrania.

La decisión de la jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, de lanzar un análisis sobre si Israel está cumpliendo sus obligaciones en materia de respeto de derechos humanos en el marco de su Acuerdo de Asociación con la UE va a ser una prueba de fuego para Von der Leyen. El proceso está todavía en su fase inicial. Pero en algún momento —más pronto que tarde, esperan quienes recuerdan que informes internacionales e internos sobre la brutal actuación israelí en Gaza no faltan, y que es una acción que ya demandaron hace más de un año España e Irlanda por primera vez— la Comisión, es decir, Von der Leyen, tendrá que entrar en acción. Como tarde, una vez que se llegue a una conclusión sobre si Israel está violando o no sus obligaciones en materia de derechos humanos, que son requisito innegociable del acuerdo de asociación, esta será presentada al Colegio de Comisarios que preside la alemana, que será el que decida si hay o no tal violación y proponga medidas correctoras, desde suspender todo el acuerdo a hacerlo solo con partes del mismo.

Durante todo este ejercicio, subrayan fuentes conocedoras de las interioridades de la Comisión, Von der Leyen, que ejerce un poder muy vertical en la Comisión, tiene mucho margen de maniobra para influir en el proceso y —según temen algunos— rebajarlo o retrasarlo, como se le reprocha que ya hizo con la propuesta inicial hispano-irlandesa, que “metió en un cajón” y nunca respondió, recuerdan algunas fuentes.

De ahí que sea un proceso que muchos, dentro y fuera del barrio europeo de Bruselas, van a seguir muy de cerca. Y con suspicacias. El pasado lunes, y solo cuando cada vez más voces europeas calificaban de “inaceptable” el bloqueo israelí a la ayuda humanitaria durante más de dos meses y la nueva ofensiva militar en Gaza, Von der Leyen se pronunció sobre la tragedia que está provocando Israel, por fin.

Contraste con Costa

“La situación humanitaria en Gaza es inaceptable (…) la ayuda humanitaria no debe ser politizada jamás”, reclamó Von der Leyen desde Londres junto con el primer ministro británico, Keir Starmer, y el presidente del Consejo Europeo, António Costa. La alemana fue contundente, pero quedó muy lejos aún de un Costa que lleva semanas denunciando pública y unilateralmente la situación en Gaza y que habló de nuevo sin tapujos de “una tragedia donde el derecho internacional está siendo sistemáticamente violado y donde toda una población está siendo sometida a una fuerza militar desproporcionada”.

La voz de la alemana había sido, hasta entonces, la gran ausente en medio de las crecientes denuncias internacionales a la acción del Gobierno de Benjamín Netanyahu desde que decidió no prolongar el alto el fuego, bloquear la entrada de ayuda humanitaria a la Franja y redoblar sus acciones militares. Algo que ha hecho endurecer el tono contra Israel incluso entre aliados férreos como Austria, Polonia o Países Bajos, instigador de la nueva iniciativa que ha llevado ahora a revisar el acuerdo europeo-israelí.

Desde la Comisión se justifica ese abrumador silencio recordando que las declaraciones políticas no deben salir de la presidenta del Ejecutivo, puesto que es competencia de la alta representante para Política Exterior. La única excepción, consensuada, es la guerra contra Ucrania, sobre la que la alemana no duda en opinar en sus redes sociales.

El argumento oficial no le vale ni a muchos políticos ni a los funcionarios europeos que llevan tiempo denunciando la actitud de Von der Leyen. “Fue ella quien politizó esto, con sus primeros tuits y yéndose a Israel” junto con la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, días después del ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 y sin mandato político para ello, recuerda una fuente diplomática conocedora de las idas y venidas internas europeas en relación con el conflicto en Oriente Próximo.

En su primera reacción tras el ataque, también muy recriminada, la alemana incluso llegó a afirmar que “Israel tiene el derecho a defenderse, hoy y en los días por venir”, sin hacer alusión alguna al respeto al derecho internacional en esa respuesta. Tuvieron que pasar varios días y muchas presiones internas e internacionales para que añadiera a sus declaraciones, tímidamente, que también había que tener en cuenta a los palestinos y sus “necesidades humanitarias”. Para entonces, los líderes europeos ya habían fijado en su posición común “la importancia de garantizar la protección de todos los civiles en todo momento, en consonancia con el derecho internacional humanitario”.

Los cuestionamientos a su abierto alineamiento desde el principio con Israel, y a lo que desde dentro de las instituciones europeas se denuncia como constantes intentos desde entonces de frenar medidas contra el Gobierno de Netanyahu o rebajar declaraciones críticas con sus acciones, vienen de largo. A finales de octubre de 2023, la jefa del Ejecutivo europeo recibió una primera carta firmada por cientos de funcionarios comunitarios manifestando su “preocupación por el apoyo incondicional de la Comisión Europea que usted representa a una de las dos partes”.

Desde entonces ha habido varias protestas, incluso sentadas ante la sede de la Comisión en Bruselas, de funcionarios europeos consternados con lo que consideraban una “contradicción de la UE con los principios y valores de la UE en el caso de Gaza”, recuerda la fuente bajo condición de anonimato. Y destaca el “grado increíble de frustración” entre una significativa parte del personal comunitario, sobre todo entre los que trabajan en equipos asignados a estas cuestiones, donde ha habido también múltiples bajas laborales por burnout, asevera.

El pasado 12 de mayo —una semana antes del pronunciamiento público de Von der Leyen en Londres—, la asociación Juristas por el Respeto al Derecho Internacional (Jurdi) envió a Von der Leyen una carta de emplazamiento “por haber incumplido la Comisión Europea su obligación de actuar ante el riesgo probado de genocidio en Gaza, reconocido por el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) y, más en general, ante hechos susceptibles de constituir crímenes de lesa humanidad y violaciones graves del derecho internacional humanitario, en particular por dirigidos intencionadamente contra la población civil”. En su misiva, los juristas advierten de su intención de llevar a la Comisión ante el Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) si, en dos meses, no da una respuesta por escrito o realiza “medidas concretas”. Entre estas, piden que Von der Leyen adopte una “postura pública e inequívoca sobre la obligación de prevenir el genocidio”. También piden que suspenda “sin dilaciones” el Acuerdo de Asociación con Israel y aplique “todas las medidas diplomáticas, económicas o jurídicas apropiadas”, incluidas sanciones a miembros del gabinete de Netanyahu y el propio primer ministro israelí.

“En la UE empieza a haber cada vez más voces que piden parar a Netanyahu. La Comisión no puede hacerse a un lado ante lo que estamos viendo: miles de niños en riesgo de morir de hambre. O detenemos este genocidio, o la historia será implacable con los que se quedaron callados”, reclama la eurodiputada Estrella Galán (Sumar). Hay una preocupación muy extendida por la percepción internacional de un doble rasero de la UE que esta actitud está provocando. “Nuestra respuesta a la invasión rusa de Ucrania fue contundente, rápida y ejemplar. ¿Y ahora? ¿Cuál es el valor de la legalidad internacional si solo se aplica cuando conviene? ¿Queremos que la UE pase a la historia por repetir los errores de la comunidad internacional en Ruanda y Srebrenica?”, advirtió también la socialista Iratxe García.

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