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Acusan a la fundación de «propagar mentiras» al «afirmar falsamente que la resistencia palestina amenaza a su personal»
MADRID, 9 Jun. (EUROPA PRESS) –
Las autoridades de la Franja de Gaza, controladas por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), han elevado este lunes a más de 130 los muertos y a mil los heridos por disparos de las fuerzas israelíes durante las entregas de ayuda en varios puntos establecidos por la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF, según sus siglas en inglés), respaldada por Israel y Estados Unidos.
La oficina de prensa de las autoridades de Gaza ha recalcado en un comunicado publicado en su cuenta en Telegram que «la GHF es un brazo de la ocupación israelí, no una organización humanitaria», antes de agregar que «ha causado la muerte de 130 mártires y ha dejado mil heridos entre el pueblo hambriento en dos semanas» y «propaga mentiras baratas».
Así, ha acusado a la fundación de «propagar mentiras» al «afirmar falsamente que la resistencia palestina amenaza a su personal y evita la distribución de ayuda», al tiempo que ha insistido en que «la cruda realidad es que esta organización es un frente propagandístico del Ejército de ocupación israelí».
«Está liderada por estadounidenses e israelíes y recluta fuera de la Franja, con fundación estadounidense, mientras mantiene coordinación operativa con el Ejército israelí, que está cometiendo un genocidio contra más de 2,4 millones de palestinos en Gaza», ha explicado, al tiempo que ha incidido en que «la verdad conocida por todos es que el único que impide la entrada de ayuda a Gaza es la ocupación israelí».
En este sentido, ha esgrimido que «la GHF es y sigue siendo un cómplice de un crimen organizado al atacar a civiles bajo la cobertura de la ayuda», en lo que ha descrito como «un crimen según el Derecho Internacional». «La GHF carece de los principios de la acción humanitaria», ha argumentado, antes de enumerar entre ellos «la neutralidad», «el no alineamiento», «la independencia» y «la humanidad».
«Cualquier organización que diga ser humanitaria mientras aplica planes militares y gestiona puntos de distribución con ‘zonas tapón’ supervisados por carros de combate por la ocupación no puede ser considerada una organización de ayuda. Por el contrario, es parte de las herramientas de genocidio y un socio en este genocidio contra la población civil», ha manifestado.
Por ello, ha reclamado a la comunidad internacional que «no sea engañada por esta institución, que participa en crímenes organizados y sistemáticos» y ha reiterado que «la resistencia palestina no amenaza a nadie». «Por el contrario, protege el derecho del pueblo a existir ante instituciones falsas que cometen asesinatos bajo falsas banderas», ha puntualizado.
«La comunidad internacional debe poner fin a este sesgo ciego, acabar con esta tragedia moral y permitir la entrada de decenas de miles de camiones de agencias de Naciones Unidas que han trabajado durante décadas para entregar ayuda a refugiados y civiles, ya que son eficientes y están comprometidas con los principios de la acción humanitaria», ha zanjado.
La GHF ha afirmado este mismo lunes en su cuenta en la red social Facebook que uno de los puntos de distribución abiertos en Gaza ha cerrado sus puertas «a causa del caos entre la multitud, que ha impedido la entrega segura de ayuda». «Su seguridad es nuestra principal prioridad», ha señalado, tras afirmar que el domingo entregó 1,6 millones de raciones de comida, con diez millones de entregas desde que iniciara operaciones hace dos semanas, según sus propios cálculos
La fundación, que tiene su sede en Suiza, está siendo objeto de críticas por parte de Naciones Unidas y otras organizaciones humanitarias al entender que incumple las normas internacionales de neutralidad en la entrega de ayuda y considerarla cabeza visible de un cuestionado plan que implica la presencia en Gaza de seguridad privada y del Ejército israelí para vigilar el perímetro en los puntos de entrega de alimentos.
La ofensiva de Israel, lanzada tras los ataques ejecutados por Hamás y otras facciones palestinas el 7 de octubre de 2023 –que dejaron unos 1.200 muertos y cerca de 250 secuestrados, según el Gobierno israelí–, ha causado hasta la fecha cerca de 54.900 muertos y más de 126.200 heridos, tal y como denunciaron el domingo las autoridades del enclave palestino, si bien se teme que la cifra sea superior.
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