El Rocío (Huelva) (EFE).- Multitud de devotos de la Virgen del Rocío se congregan dentro y fuera de la ermita almonteña a la espera de vivir el momento culmen de la Romería de Pentecostés, la salida en procesión de la también conocida como la ‘Blanca Paloma’ por las calles de su aldea.
Una procesión que este año amplía su recorrido al llegar a la plaza de Doñana para darle más agilidad, lo que, además, generará nuevos momentos y vivencias para esta multitudinaria romería.
Desde antes de medianoche la gente se ha ido acercando al que es el punto neurálgico del Rocío, su Santuario, por el que desde poco antes de las 00:30 horas están pasando los simpecados de las distintas hermandades filiales en el rezo del Santo Rosario.
Si son muchas las personas que se concentran fuera de la ermita, no son menos las que esperan dentro de ella, completamente abarrotada a la espera de que se produzca el ‘salto de la reja’, momento en el que los almonteños se hacen con las andas de la Virgen y la sacan en procesión.
Además, como es habitual desde hace años, la nave central del templo queda vacía al objeto de facilitar la entrada del Simpecado de la Hermandad Matriz de Almonte a su regreso tras el rezo del Santo Rosario.
Es en ese instante, que no tiene hora fija -las últimas romerías han sido alrededor de las 3:00 horas- cuando, tradicionalmente, tiene lugar el salto, aunque se desconoce si este año será así o no.
Hasta que eso ocurra, en el exterior del Santuario, desde donde se puede ver a la imagen entronizada en su paso, la gente espera con calma y, en el interior del templo, los almonteños más próximos a la reja también, si bien esta se tornará en tensión y en nervios conforme pasen los minutos y se advierta el fin del Rosario.
Mientras tanto, en medio de esa tensa calma también se viven momentos emotivos como el que han hecho posible algunos de esos almonteños al coger a hombros la silla de ruedas de una devota para poder ver a la Virgen de cerca.
En los aledaños del Santuario permanece activo un dispositivo específico para dar seguridad y atender posibles incidencias sanitarias entre los ciudadanos ante la concentración de personas en el momento de la salida de la Virgen.
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