Santiago de Chile (EFE).- Varios de los 45 chilenos que fueron deportados el jueves desde Estados Unidos por presuntamente permanecer en el país norteamericano de manera irregular denunciaron «malos tratos» y «vejaciones» a su llegada esta madrugada al principal aeropuerto de Santiago.
«Abusan de nosotros. Los ‘sheriffs’ se ríen mientras nos tratan como perros. Yo dormía en el piso sin comer. Me perdieron todas mis cosas”, dijo a la prensa local uno de los deportados, que se identificó como Ricardo y que pasó siete días detenido en Miami.
David Gallardo, padre de una de las deportadas, afirmó por su parte a los periodistas que a su hija la detuvieron a finales de abril en una redada y que llegó a Santiago «en un estado deplorable: «Tuvo la mala suerte de toparse con todo esto y vivir una pesadilla», añadió.
Falta de claridad
El Ministerio del Interior chileno informó el jueves que coordinó con las autoridades estadounidenses «las gestiones para el retorno seguro» de los deportados y que todos «se encontraban en incumplimiento de la normativa legal de Estados Unidos».
Tres de los deportados mantenían órdenes vigentes de detención por crímenes cometidos en Chile y quedaron en calidad de detenidos al tocar suelo chileno.
El coreógrafo y bailarín chileno Yerko Aliaga, que residía desde hace cuatro años en Miami y que fue uno de los deportados, aseguró sin embargo a su llegada a Santiago que su situación migratoria en Estados Unidos era legal.
«Hay mucha gente que lo está pasando mal, que hace las cosas bien y tiene que someterse a cosas que son totalmente denigrantes. Fueron cuatro años pagando mis impuestos, haciendo profesión, trabajando con artistas, haciendo muchas cosas”, indicó a los medios locales Aliaga, que declaró además haber recibido un trato «pésimo».
«Estuvimos tirados en el suelo de una sala que le llaman ‘la hielera’, a 12 grados, sin colchonetas, sin frazadas», añadió.
El primer grupo de deportados chilenos
Aunque ha habido deportaciones puntuales, se trata del primer gran grupo de chilenos expulsados de Estados Unidos desde la vuelta al poder del presidente estadounidense, Donald Trump, el pasado enero.
El ministro chileno del Interior, Álvaro Elizalde, reconoció este viernes en rueda de prensa que es «altamente probable» que haya más redadas.
Su par de Seguridad Pública, Luis Cordero, indicó por su parte que la Cancillería investigará en los próximos días las denuncias de algunos de los deportados para dilucidar «si requirieron asistencia consular y si esa asistencia consular fue otorgada o no».
«El Estado de Chile tiene la obligación de otorgar asistencia consular a sus nacionales y solo después de eso es posible hacer una evaluación más precisa sobre la afectación de derechos», añadió.
Incertidumbre por el futuro de la exención de visas
Trump ha buscado acelerar la cantidad de deportaciones y detenciones para cumplir con su promesa de campaña de expulsar a los más de once millones de migrantes indocumentados que viven en EE.UU.
Las acciones del republicano han recibido la condena de organizaciones en defensa de los derechos humanos y expertos legales, quienes acusan a su Gobierno de incumplir con el derecho al debido proceso.
Chile es el único país de Latinoamérica que forma parte del programa de exención de visas con Estados Unidos, conocido como Visa Waiver (VPW), que permite entrar al país norteamericano por concepto de turismo, negocios o tránsito y permanecer un máximo de 90 días sin portar una visa, pero con una autorización de viaje electrónica.
Algunas autoridades estadounidenses han pedido en los últimos meses la suspensión del programa y han denunciado que hay chilenos que aprovechan la exención de visa para entrar al país norteamericano a delinquir.
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