MADRID 14 May. (EUROPA PRESS) –
El Papa León XIV se ha comprometido a esforzarse para difundir la paz, ha pedido «que callen las armas» y ha invitado a los poderosos a «dialogar y negociar».
«Para que esta paz se difunda, emplearé todos mis esfuerzos. La Santa Sede está disponible para que los enemigos se encuentren y se miren a los ojos. Con el corazón en la mano, digo a los responsables de los pueblos: ¡encontrémonos, dialoguemos, negociemos!», ha exclamado León XIV este miércoles en una audiencia con los participantes en el Jubileo de las Iglesias Orientales, en el Aula Pablo VI.
En este sentido, el Pontífice ha añadido que hará todo lo que esté a su alcance para que «la paz se difunda» porque la Santa Sede está a disposición «para que los enemigos se encuentren y se miren a los ojos, para que a los pueblos se les devuelva la esperanza y se les dé la dignidad que merecen, la dignidad de la paz».
Según informa Vatican News, el Papa ha recordado los conflictos que afectan a muchas de las regiones de las que proceden estos fieles: «de Tierra Santa a Ucrania, del Líbano a Siria, de Oriente Medio a Tigray y el Cáucaso, ¡cuánta violencia!».
Así, ha denunciado «el horror» vivido por tantos fieles orientales, enfrentados a guerras y tensiones que provocan «masacres de tantas vidas jóvenes» que mueren «en nombre de la conquista militar». «Pienso en la variedad de sus orígenes, en la historia gloriosa y en los amargos sufrimientos que han padecido o padecen muchas de sus comunidades», ha lamentado.
En este contexto, ha indicado que sobresale un llamamiento, «no tanto el del Papa, sino el de Cristo, que repite: ¡La paz esté con ustedes!». «Recemos por esta paz, que es reconciliación, perdón, valor para pasar página y volver a empezar», ha subrayado.
La guerra, según ha precisado, «nunca es inevitable». «Las armas pueden y deben ser silenciadas, porque no resuelven los problemas sino que los aumentan; porque pasará a la historia quien siembre la paz, no quien coseche víctimas», ha puntualizado, al tiempo que ha añadido que «los otros no son ante todo enemigos, sino seres humanos: no villanos a los que odiar, sino personas con las que hablar». «Rechacemos las visiones maniqueas típicas de las narraciones violentas, que dividen el mundo en buenos y malos», ha agregado.
Además, ha dedicado un recuerdo especial para los cristianos de Oriente Medio. «La Iglesia no se cansará de repetir: que callen las armas», ha insistido, poniendo en valor a «los cristianos -orientales y latinos- que, sobre todo en Oriente Medio, perseveran y resisten en sus tierras, más fuertes que la tentación de abandonarlas».
«Hay que dar a los cristianos la posibilidad, no sólo de palabra, de permanecer en sus tierras con todos los derechos necesarios para una existencia segura. Por favor, ¡defendamos esto!», ha exclamado.
A pesar de estos difíciles contextos, el Pontífice ha llamado a los cristianos de las Iglesias orientales a seguir «brillando por la fe, la esperanza y la caridad», porque son «preciosos» para la Iglesia.
«¿Quién más que ustedes puede cantar palabras de esperanza en el abismo de la violencia? ¿Quién más que ustedes, que conocen de cerca los horrores de la guerra, tanto que el Papa Francisco llamó mártires a sus Iglesias?», ha planteado.
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