Redacción América (EFE).- La IV Reunión Ministerial del Foro China-Celac reunirá este 13 de mayo en Pekín a una representación diversa de Latinoamérica, encabezada por los presidentes de Brasil, Colombia y Chile, en un encuentro que busca consolidar la cooperación con Pekín y reflejar las prioridades políticas y diplomáticas de cada país en su vínculo con el gigante asiático.
Aunque no se trata de una cumbre presidencial, sino de un foro ministerial, la participación de los jefes de Estado de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; de Colombia, Gustavo Petro; y de Chile, Gabriel Boric, le otorga un valor político adicional.
Sus agendas coinciden en la defensa del multilateralismo, la reforma del orden internacional y la necesidad de construir una voz regional más sólida frente a las grandes potencias.
Lula, Boric y Petro, al frente de la escena
Lula, quien además realizará una visita de Estado a China, planteará en el Foro su visión de América Latina como «zona de paz» y su apuesta por una candidatura única -preferentemente femenina– para la próxima Secretaría General de Naciones Unidas, como ya lo expresó en la IX Cumbre de la Celac celebrada en Honduras el pasado mes de abril.
Petro, quien mantiene afinidad con la narrativa china de reforma del orden global, asistirá a este foro en calidad de jefe de Estado y también como presidente pro tempore de la Celac.
Colombia presentará un plan de trabajo elaborado durante su presidencia pro tempore, con el objetivo de establecer mecanismos de cooperación y sinergia entre la Celac y China.
Colombia espera que la reunión concluya con una declaración conjunta que refleje la vocación global del bloque, y en particular, la visión estratégica de este país como articulador del diálogo Sur-Sur.
Boric, en tanto, encabezará un encuentro empresarial binacional y se reunirá con el presidente chino, Xi Jinping. Su presencia reafirma el perfil de Chile como socio confiable y políticamente autónomo, en medio de una agenda global compleja.
Posturas divididas en Latinoamérica ante China, pero sin ruptura
En contraste, otros presidentes como Javier Milei (Argentina), Santiago Peña (Paraguay) o Yamandú Orsi (Uruguay) no participarán directamente.
Sus Gobiernos estarán representados por ministros o embajadores, como corresponde en este tipo de foro. Estas ausencias, sin ser inusuales, permiten observar los distintos enfoques con que cada país gestiona su relación con China.
Argentina ha expresado críticas recientes a la Celac, al denunciar el protagonismo indebido de Gobiernos autoritarios y falta de consenso en la declaración de la última cumbre. En paralelo, Milei ha reforzado alianzas con Washington y Tel Aviv.
El canciller Juan Ramón de la Fuente representará a México. La ausencia de la presidenta Claudia Sheinbaum marca una diferencia frente a la presencia de otros mandatarios latinoamericanos progresistas.
Por el contrario, Nicaragua, Bolivia y Honduras enviarán delegaciones de alto nivel, alineadas con la diplomacia de cercanía con Pekín.
En el caso de Bolivia, se espera la asistencia de la canciller Celinda Sosa, mientras que desde Nicaragua se promueve incluso la incorporación de China como observador del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA).
Uruguay estará representado por su canciller Mario Lubetkin, quien ha abogado por modernizar el Mercosur y abrirse hacia Asia. Según declaró a EFE, Uruguay busca ser un «facilitador» de la integración regional en un mundo de incertidumbre creciente.
El Salvador, por su parte, mantiene su bajo perfil dentro de los organismos regionales y no ha emitido comentarios sobre su participación.
Para China, el Foro es una plataforma clave para consolidar su proyección en el continente. Para América Latina, el reto sigue siendo lograr una estrategia común, sin renunciar a la autonomía nacional.
En un escenario internacional en transformación, cada presencia -y cada matiz diplomático- importa.
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