MADRID 10 May. (EUROPA PRESS) –
Los gobiernos de Armenia y Azerbaiyán han vuelto a cruzar acusaciones este sábado tras un intercambio de disparos en la frontera y se han achacado mutuamente el haber abierto fuego primero, sin que por ahora haya informaciones sobre víctimas o daños materiales.
El Ministerio de Defensa armenio ha afirmado que las tropas azeríes dispararon contra Janazaj a las 22.20 horas del viernes (hora local), «causando daños en el tejado de una vivienda residencial» en la localidad, situada en la provincia de Siunik.
«No hay informaciones sobre víctimas», ha añadido, al tiempo que ha reclamado a las autoridades del país vecino que «lleven a cabo una investigación en torno al ataque con artillería contra una vivienda residencial en Janazaj y del explicaciones públicas».
En respuesta, el Ministerio de Defensa azerí ha acusado a Ereván de «intentar generar una opinión falsa entre la comunidad internacional y sentar las bases para las próximas provocaciones difundiendo informaciones totalmente falsas y engañosas sobre los disparos de unidades del Ejército de Azerbaiyán hacia Janazaj».
«Afirmamos que las unidades del Ejército de Azerbaiyán no atacan a civiles o infraestructuras civiles bajo ninguna circunstancia», ha señalado, antes de afirmar que «unidades de las Fuerzas Armadas armenias en la región de Chambarak realizaron disparos con armas cortas a las 9.55 horas (hora local) contra posiciones del Ejército de Azerbaiyán».
En este sentido, ha recalcado que las tropas de Azerbaiyán adoptaron «medidas adecuada de respuesta únicamente en dirección a Chambarak», si bien Ereván ha dicho que las acusaciones de Bakú sobre un ataque contra posiciones del Ejército azerí «no se corresponden con la realidad».
Ambos países anunciaron el 13 de marzo un acuerdo sobre la versión final del texto para poner fin al conflicto bilateral, que tuvo su epicentro en la región en disputa de Nagorno Karabaj, región reintegrada por Azerbaiyán como parte de su territorio tras la ofensiva lanzada en 2023.
Nagorno Karabaj es un territorio de unos 4.400 kilómetros cuadrados en el Cáucaso Sur de mayoría armenia que estuvo cerca de tres décadas bajo control de fuerzas proarmenias, pese a que la comunidad internacional reconocía la región como parte de Azerbaiyán.
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