MADRID 8 May. (EUROPA PRESS) –
La resignificación del Valle de los Caídos, para la que el Gobierno español ha lanzado recientemente un concurso de ideas tras una negociación con la Iglesia, es uno de los asuntos que han quedado pendientes en España y que previsiblemente coincidirán con el pontificado del recién elegido Papa León XIV.
En concreto, Prevost llega al Pontificado poco después de que el Gobierno de Pedro Sánchez anunciara que se había logrado un acuerdo con la Iglesia para resignificar el Valle de los Caídos, manteniendo a los monnjes benedictinos en la abadía, la basílica y la cruz.
Fuentes del Ministerio de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes explicaron recientemente que para poder lanzar el concurso de ideas, primer paso para llevar a cabo esta resignificación, antes tuvieron que llegar a un acuerdo con la Iglesia para poder llevar a cabo acciones de resignificación dentro de la basílica, al tratarse de un lugar de culto. Este acuerdo, según explicaron, fue posible gracias a las «negociaciones» con el Arzobispado de Madrid y el Vaticano.
Desde la Archidiócesis de Madrid señalaron que lo único definitivamente acordado había sido la permanencia de la comunidad benedictina y la no desacralización de la Basílica, así como el respeto a todos los elementos religiosos situados fuera de la misma.
En cuanto a la cruz, fuentes del Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática aseguraron que el Gobierno «jamás» pensó en derribarla porque consideran que sin ella no se puede explicar el significado del Valle.
Las mismas fuentes aclararon que el proceso de resignificación ya empezó «hace tiempo», con «hitos» como la exhumación del dictador Francisco Franco.
Precisamente, la relación del Gobierno español con la Iglesia liderada por el predecesor de Prevost, el Papa Francisco, estuvo marcada en los últimos tiempos por la salida de Francisco Franco del Valle de los Caídos.
La exhumación del dictador culminó sin incidentes el 24 de octubre de 2019. El Gobierno había consultado al Vaticano sobre el proceso y la Santa Sede se pronunció en diferentes ocasiones en relación al mismo señalando que la decisión concernía a la familia, al Gobierno español y a la Iglesia local y recalcando que era competencia del Estado español y estaba sometido al Derecho y a la Justicia española.
Además, el Vaticano matizó en varias ocasiones las consideraciones del Gobierno al respecto de las negociaciones. Concretamente, aclaró las palabras del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien aseguró en una entrevista en julio de 2020 en el ‘Corriere della Sera’ que el Papa les había «ayudado» con la exhumación de Franco». La Santa Sede quiso reiterar su «respeto a la legalidad» y dejar claro que no era «de su competencia».
Y no era la primera vez que el Vaticano matizaba al Ejecutivo español. También lo hizo después de que la entonces vicepresidenta Carmen Calvo se reuniera con el secretario de Estado, Pietro Parolin, y asegurase que había un acuerdo con el Vaticano para no inhumar al dictador en la catedral de La Almudena. La Santa Sede aseguró que no se había pronunciado sobre la inhumación del cadáver de Franco, tras expresar Calvo su preocupación por una posible sepultura en la Catedral de la Almudena.
Meses después, el Gobierno hacía públicos fragmentos de una misiva en la que el propio Parolin aseguraba que «la Iglesia no se oponía a la exhumación si así lo determinaba la autoridad competente». Pero en otra parte de la misiva, desvelada en su momento por ‘El Independiente’, añadía que el proceso era competencia del Estado español y estaba sometido al Derecho y la Justicia española.
El punto de máxima fricción llegó de la mano del entonces nuncio del Papa en España, Renzo Fratini, que en una entrevista con Europa Press consideró que el Ejecutivo había «resucitado» a Franco con su proyecto de exhumación.
«Sinceramente, hay tantos problemas en el mundo y en España. ¿Por qué resucitarlo? Yo digo que han resucitado a Franco. Dejarlo en paz era mejor, la mayoría de la gente, de los políticos, tiene esta idea porque han pasado 40 años de la muerte, ha hecho lo que ha hecho, Dios juzgará. No ayuda a vivir mejor recordar algo que ha provocado una guerra civil», señaló Renzo Fratini.
A raíz de estas declaraciones, el Gobierno envió una queja formal al Vaticano por la «injerencia» del nuncio con una carta en la que pedía al Vaticano que aclarase si las declaraciones de Fratini sobre la exhumación de Franco suponían un cambio respecto a la postura oficial de la Santa Sede ante este asunto. Ese mismo día, la Santa Sede comunicó que el Papa Francisco había aceptado la renuncia del nuncio en España Renzo Fratini, que había presentado su renuncia anteriormente, como es habitual, al cumplir 75 años.
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