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China y la UE eliminan las sanciones mutuas para impulsar la relación bilateral en medio de la guerra comercial de Trump

China y la Unión Europea han acordado eliminar de forma simultánea todas las restricciones mutuas a los intercambios entre instituciones, un paso clave para restablecer los canales de diálogo tras años de tensiones políticas. El gesto coincide con el 50º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Pekín y Bruselas, y se produce en un contexto de creciente presión comercial derivada de la nueva ofensiva arancelaria de Estados Unidos. “En la situación actual, ambas partes consideran que es muy importante reforzar el diálogo y la cooperación”, ha expresado este martes un portavoz del Ministerio de Exteriores chino, en una velada alusión a la guerra comercial iniciada por la Administración de Donald Trump.

“De común acuerdo, China y el Parlamento Europeo han decidido levantar de manera simultánea y completa las restricciones que pesaban sobre sus intercambios mutuos”, anunció este martes Lin Jian, durante una rueda de prensa rutinaria. “Confiamos y esperamos que, con la reanudación plena de los contactos entre las instituciones legislativas de China y Europa, el entendimiento y la comunicación entre ambas partes se profundicen aún más, lo cual inyectará un nuevo impulso al desarrollo sostenido, sano y estable de las relaciones chino-europeas”, agregó el portavoz.

El acuerdo supone un importante gesto de acercamiento institucional y envía una señal de voluntad política. En 2021, los Veintisiete añadieron a su lista negra a cuatro dirigentes y un organismo chinos acusados de promover la vigilancia, la detención y el adoctrinamiento masivos de uigures y personas de otras minorías étnicas musulmanas en la región de Xinjiang (noroeste de China). Se trataba de las primeras sanciones que imponía el bloque comunitario contra el gigante asiático desde el embargo de armas decretado tras la matanza de Tiananmen en 1989.

China respondió imponiendo sanciones contra 10 parlamentarios europeos y académicos, además de contra cuatro organizaciones a las que acusaba de “difundir con malicia mentiras y desinformación”. Entre ellas, figuraban el Comité Político y de Seguridad del Consejo de la Unión Europea y el subcomité de Derechos Humanos del Parlamento Europeo. La medida era más simbólica que con verdadero alcance, ya que se limitaba a prohibir los viajes de los individuos afectados a la parte continental de China y a los territorios autónomos de Hong Kong y Macao. En el caso de las entidades, estas no podían desarrollar negocios ni actividades en suelo chino.

No obstante, la retirada conjunta de las prohibiciones se interpreta como un intento de desatascar la situación y como un gesto de deshielo en una relación marcada por la desconfianza. El portavoz Lian Jian ha reconocido que los contactos entre legisladores europeos y chinos han atravesado “algunos altibajos por razones por todos conocidas” pero expresó su confianza en que esta reanudación del diálogo “dará un nuevo impulso” al desarrollo sostenido, sano y estable” de los lazos diplomáticos.

Acercamiento

En paralelo al anuncio, Pekín ha extendido una invitación formal a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y al presidente del Consejo Europeo, António Costa, para celebrar “en el momento oportuno” una nueva ronda de reuniones entre líderes. Está previsto que tengan lugar varios encuentros de alto nivel sobre economía, comercio, digitalización y desarrollo verde a lo largo de este año.

El acercamiento se produce mientras la República Popular trata de contener los efectos de la recrudecida guerra comercial. Los impuestos estadounidenses a las importaciones de bienes chinos han subido hasta un 145%, mientras que China ha respondido al toma y daca con gravámenes a los productos estadounidenses que ascienden ya hasta el 125%.

Frente a la creciente hostilidad de Washington, Pekín busca consolidar su relación con Bruselas, institución a la que presenta como un socio “complementario y mutuamente beneficioso” con el que “aún es posible” defender el sistema multilateral de comercio, ha reiterado la Cancillería. La Unión Europea, por su parte, define al gigante asiático como un socio, competidor y rival sistémico y teme precisamente que, ahora que se le cierra el mercado estadounidense, el europeo se llene de sus exportaciones.

Este mediodía, el embajador de la Delegación de la Unión Europea en China, Jorge Toledo, ha expresado durante la celebración del aniversario diplomático que la relación bilateral “es una de las más importantes y multifacéticas del planeta”. Sin embargo, ha advertido de que los “desequilibrios” comercial y el económico “corren el riesgo de volverse insostenibles”. “Si queremos que nuestra relación siga prosperando, debemos hacerlo con determinación, especialmente ahora, para evitar que se levanten barreras entre nosotros, en un momento en que el mundo parece encaminarse hacia la fragmentación”, ha aseverado.

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