Giuseppe Penone nació en 1947 en Garessio, un pueblo cerca de Cuneo, en el norte de Italia, y los bosques y las montañas de esa región han nutrido, en buena medida, el conjunto de su obra, basada en la exploración de los lazos entre las personas y la naturaleza.
Su primera gran propuesta, de hecho, llevaba por nombre Alpi Marittime: consistía en una serie de acciones documentadas mediante fotografías en blanco y negro que realizó durante el invierno de 1968 en los bosques de los alrededores de su pueblo natal. En una de esas imágenes, este autor sostiene en su mano el tronco de un árbol; en otra posterior, dicha mano es reemplazada por un molde semejante. A medida que el árbol crece, su forma se altera por la presión aplicada por el molde, señalando así temas que definirán su producción: la vida en el bosque, el paso del tiempo y esa interacción entre las fuerzas humanas y naturales. Estas inquietudes imbricarán a este artista con la corriente povera.
Sus exhibiciones han sido constantes y la más reciente, que es también una de sus mayores retrospectivas hasta ahora, la acogen las Serpentine Galleries de Londres: “Thoughts in the Roots” reúne esculturas, instalaciones y dibujos datados entre 1969 y la actualidad, trabajos en los que se ha valido de madera, hojas, resina, bronce y mármol para reivindicar que los procesos naturales y los artísticos no necesariamente pueden caminar por rumbos distantes. De hecho, para Penone, la respiración misma puede percibirse como un acto escultórico, ya que busca dar forma al aire.
En el centro de la exhibición nos espera Respirare l’ombra (Respirar la sombra), una instalación sensorial elaborada a partir de hojas de laurel. Penone compara en ella dicha respiración humana con el procedimiento de fundición a la cera perdida, en el que el metal fundido llena el molde mientras la cera se expulsa de las cañas. El aroma de las hojas de esa planta, al disiparse, simboliza la respiración, resaltando las delicadas relaciones simbióticas en el mundo natural. Al interactuar con estos aspectos visuales, táctiles y olfativos de los materiales que emplea, el italiano descubre estructuras ocultas, ritmos y gestos que probarían la interconexión de los seres vivos.
Con ese trabajo enlaza de forma directa In Soffio di foglie (Aliento de hojas): utilizó materiales orgánicos para registrar su propia respiración. Aquí el artista yace sobre un montón de hojas de boj, insuflándolas, de modo que la huella de su cuerpo y su aire queden impresos en ellas, como rastros de su presencia física.

Dan fe de su consideración de los árboles como símbolo mayor y más simple de la vida, pero también de la cultura y la escultura, las piezas que integran su serie Alberi (Árboles), iniciada en 1969 y construida mediante el tallado de los anillos exteriores de la madera madura, retirando las capas para revelar la forma original del árbol. Con el tiempo, esa práctica se ha ampliado hasta incluir la fundición de árboles en bronce, un material que, al oxidarse, desarrolla una pátina de tono similar al de la corteza.
Dada la ubicación de las Serpentine en los jardines de Kensington, era previsible que Penone extendiera esta exposición más allá de las paredes de la galería, hacia el paisaje circundante, y así ha sido. Saldrán en los jardines a nuestro paso sus Gesti vegetali (Gestos Vegetales), una serie de esculturas que concibió en los ochenta, tras trazar en dibujos los movimientos del cuerpo humano con pinceladas fluidas. Estas formas las moldeó, a continuación, en arcilla y finalmente las fundió en bronce. En la instalación, tres esculturas de bronce se colocan entre macetas, entrelazadas con vegetación viva, como el pitósporo y el jazmín estrellado.

En ese exterior contemplaremos asimismo Albero folgorato (Árbol atónito) e Idee di pietra (Ideas de piedra), piezas fundidas en bronce. El primero se inspira en un sauce centenario que crecía en Grand-Hornu, en Bélgica. Tras ser alcanzado por un rayo, su tronco se partió por el centro, dejando al descubierto la estructura interna de su madera. Penone fundió el árbol en su amado bronce y revistió su pulpa con pan de oro, capturando la fuerza invisible de la naturaleza que esculpió su forma astillada y su compleja estructura interna.
En cuanto a Idee di pietra, hace referencia a la relación entre las piedras de un río y el pensamiento humano. Se trata de una serie escultórica en la que cantos de diversas formas y tamaños se disponen en las bifurcaciones de las ramas de bronce de los árboles.

A Londres ha llegado igualmente A occhi chiusi (Con los ojos cerrados), obra que explora la relación entre la vista y el acto de cerrar los ojos, un tema recurrente en este artista. Ya en Rovesciare i propri occhi (Invirtiendo los ojos), una fotografía en blanco y negro de 1970, se mostraba mirando directamente al espectador mientras usaba lentes de contacto de espejo. Al interrumpir su visión y cegarlo, estas lentes reflejaban lo que sus ojos habrían visto. Penone describe esa acción como un proceso que define el volumen de mi cuerpo como una escultura. La ausencia de la vista, en su opinión, crea espacio para la imaginación, de ahí que numerosas espinas de acacia tracen y representen ojos cerrados, sintetizando nuestros sentidos en conexión con la naturaleza.

Específicamente para este centro ha creado Pressione (Presión), una impresión de grafito a gran escala que ocupa dos paredes de la galería. Su germen se encuentra en las obras que integraron su serie de 1970 Svolgere la propria pelle (Desenrollar la piel), en la que capturaba las huellas de la suya presionando cinta adhesiva cubierta de tinta y carboncillo sobre su cuerpo. Este método conservaba las líneas y arrugas con un detalle casi fotográfico.
Para Pressione, las huellas han sido ampliadas, proyectadas sobre las paredes de la galería y trazadas meticulosamente a mano en grafito. El dibujo a carboncillo resultante revela no solo la intrincada topografía de la piel del artista, sino también las diferentes presiones ejercidas, tanto en el proceso de impresión original como en el propio acto de dibujar. Según Penone, la piel es más que células: Como el ojo, es un elemento límite, el punto final capaz de dividirnos y separarnos de lo que nos rodea… Es el punto que me permite, todavía y después de todo, reconocerme.
Esa experimentación con el “desenrollado de la piel” la llevó más allá del cuerpo humano, al mundo vegetal. Los frondosos bosques representados en el proyecto Verde del bosco surgen de la impresión de las superficies de la corteza, las ramas y las hojas de los árboles: Penone envuelve fibras naturales de algodón alrededor de los troncos de árboles vivos; los surcos de la corteza se transfieren y se graban en la tela, componiendo la base de la vegetación de los dibujos.
Además, en esas piezas, los vibrantes verdes de las hojas de primavera y los marrones rojizos del follaje otoñal envejecido translucen el paso de las estaciones.

“Giuseppe Penone: Thoughts in the roots”
Kensington Gardens,
Londres
Del 3 de abril al 7 de septiembre de 2025
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