La expresión italiana «¡Mamma mia!» suele definir una sorpresa no del todo placentera o un susto no del todo desagradable. Literalmente, se traduce como «¡Madre mía!», que fue prácticamente la reacción de medio mundo al musical ‘Mamma Mia!’, convertido en película en 2008. Pero… ¿por qué el título está en italiano si la obra transcurre en una isla griega? Bueno, porque ese ya era el título de una de las canciones del vibrante grupo sueco ABBA, cuya serie de éxitos disco compone la banda sonora del musical. Entonces, si las canciones fueron primero… ¿Por qué no ambientar la historia en Italia?
La crítica de Fotogramas de ‘Mamma Mia!’ afirmaba que “la gran película de ABBA es esta adaptación declaradamente hortera del musical homónimo que canibaliza el argumento de ‘Buona sera, Sra. Campbell’ (Melvin Frank, 1968) para hilvanar la banda sonora de nuestro subconsciente karaokil”. Para borrar la obvia similitud con la película de Melvin Frank, en la que tres exmilitares descubren que han estado pagando la manutención de la misma mujer interpretada por Gina Lollobrigida, la escritora británica Catherine Johnson –autora del libreto del musical de 1999– enfatizó su independencia ambientando la acción en Grecia.
Oficialmente, y según han revelado los propios miembros de la banda ABBA, la inspiración para hacer un espectáculo con sus éxitos surgió cuando Björn Ulvaeus (con Benny Andersson, la mitad masculina del grupo) vio la producción londinense de ‘Grease‘. Una fuente de inspiración completamente legítima que no excluye la posibilidad de que la historia desarrollada más tarde haya bebido, consciente o inconscientemente, de la película italiana de 1968. Aunque la autora del musical ‘Mamma Mia!’ llegó a negar cualquier conexión en varias ocasiones, la sinopsis de ambas historias es prácticamente la misma.
‘Buona sera, Sra. Campbell’ –la versión italiana de ‘Mamma Mia!’, una de las 15 películas musicales tan buenas como ‘Wicked’ en Netflix, Prime Video y Movistar Plus+– se ambienta tras el final de la Segunda Guerra Mundial, después de que la señora Campbell (una histriónica Gina Lollobrigida) se acostara con tres soldados estadounidenses durante la ocupación estadounidense de Italia: el cabo Phil Newman (Phil Silvers), el teniente Justin Young (Peter Lawford) y el sargento Walter Braddock (Telly Savalas). Para cuando descubre que está embarazada, los tres ya han pasado página, y ella, sin saber quién es el padre, convence a cada uno de ellos (quienes desconocen la existencia de los otros dos) para que apoyen económicamente a su «hija», Gia. Todo se complica cuando los tres vienen de visita. ¿Resulta familiar, verdad?
A diferencia de ‘Mamma Mia!’, el guionista y director tomó la astuta decisión de que ninguno de estos futuros padres se conozca, por lo que la pobre Sra. Campbell se enfrenta a todo tipo de malabarismos para mantenerlos separados –a ellos y a sus respectivas mujeres, claro–, resultando en un malentendido tras otro hasta que cada personaje descubre gradualmente la verdad. En ese sentido, la película se beneficia de establecer un elenco memorable de personajes secundarios –¡Phil Silvers! ¡Shelley Winters!– tan brillantes como la propia Gina Lollobrigida, que llena de vida la cinta con sus dotes cómicas y una simpatía innata.
Más allá de la premisa, las dos películas no tienen mucho en común. ‘Buona sera, Sra. Campbell’ no es un musical y, sin embargo, eso no le resta encanto a la cinta, que opta por un estilo más desenfadado y que logra un buen resultado gracias a la perspicacia del director y la personalidad del reparto, que sumergen al espectador en el hechizo de la Italia de los 60. En resumen, una comedia bien disfrutona de visionado obligatorio para los fans de ‘Mamma Mia!’. Eso sí, a diferencia de las aventuras griegas de Meryl Streep, aquí resulta difícil creer que la protagonista hubiera estado interesada en cualquiera de los tres. Principalmente, porque son todos unos petardos.
‘Buona sera, Sra. Campbell’ está disponible en el catálogo de Filmin.
Atrapada entre la música y el cine, desde Vigo llegó a Madrid para estudiar Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universidad Carlos III. Cuenta la leyenda que prefería saltarse clases para ir a algún estreno aunque, si se lo preguntas, lo negará.
Llegó a la redacción de Fotogramas como becaria en prácticas, después de adentrarse en el periodismo musical y de cine colaborando en medios como la revista Milana. Ha entrevistado a personalidades como Jonás Trueba o Irene Escolar y su bien más preciado es una púa de guitarra. Vive enamorada de Phoebe Waller-Bridge y Nora Ephron. Si no la encuentras, es que estará viendo alguna película de Kurosawa. Da igual cuándo leas esto.
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