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Carlo Ancelotti: “Me gustó mucho la reacción de Vinicius”

El Bernabéu soltó un grito de desahogo en el minuto 80, pero Vinicius, para sorpresa de todos, apenas celebró el gol. Y, al final, ni festejo ni tanto por un fuera de juego de Endrick. El grito liberador definitivo fue el de Fede Valverde en el 93 tras una noche agónica en la que el Madrid se agarró al madero de Vini. “Tiene una actitud fantástica. Su reacción me ha gustado mucho. Puede que en la primera parte lo haya intentado demasiado, pero en la segunda el lateral derecho del Athletic estaba agotado”, valoró Carlo Ancelotti, que destacó varias veces la actitud del atacante.

Fue la velada de la rebeldía del brasileño, que dejó su cifra de regates intentados más alta de la temporada (15, cinco completados), igual que contra el Atlético en Champions. Percutió sin tregua en un ataque que no tenía a Kylian Mbappé, y donde Rodrygo y Bellingham se han quedado a oscuras frente a la portería. El primero, sustituido en el 78, suma 12 partidos de Liga sin marcar, mientras el inglés, que este domingo dispuso de varias ocasiones, apenas lleva un gol en los últimos 11 encuentros del torneo. En ese secarral se mueve estos días el Madrid de su deslumbrante delantera. Ante el Athletic, la insistencia de Vini y el derechazo categórico de Valverde resolvieron una cita que pintaba terminal para los blancos. “No pensé mucho”, explicó el uruguayo sobre su diana, la novena del curso. “A veces, lo hago mucho y se me vienen muchas dudas y opciones”, reconoció. Acabada la función, Vini se marchó casi a la carrera del césped, sin detenerse mucho en las felicitaciones de sus compañeros.

“Esta victoria nos anima un poco más”, celebró Carletto. “El equipo ha sido sólido y solidario. Hay buenas noticias. A ver si seguimos mejorando”, afirmó el técnico, que evitó desvelar si la final de Copa la disputará Courtois o Lunin, titular hasta ahora en el torneo.

Cuatro medios

Después de la tempestad de la Champions, el Athletic medía la fiebre del Madrid y el enfado de la grada. El estadio ya no es aquel tendido del siete que protesta por todo, pero esta temporada había dejado más de una regañina, incluido a Vinicius y Ancelotti. Esta vez, con la clásica rotación de gente por la Semana Santa, la afición se lo tomó con calma y, si alguno mostró su enfado cuando se cantaron las alineaciones, la megafonía enterró la protesta. Eso sí, veinte minutos más tarde, en silencio en medio del soso trasteo, los videomarcadores enfocaron a Mbappé (sancionado y también tocado del tobillo derecho, lo que le hace ser duda para la final de Copa), y ahí sí se oyeron algunos silbidos. Se repitieron para todos al alcanzar el descanso, después de que la cifra de goles esperados hasta entonces del Madrid fuera la tercera peor de la campaña en casa (0,16, solo mejor que el 0,11 frente al Arsenal y el 0,08 ante el Valladolid). En la segunda mitad, con la carga ofensiva local, ya no hubo más quejas. “El equipo, como la afición, cree que se puede sacar algo esta temporada”, afirmó Ancelotti.

En el campo faltaba Mbappé y Carletto echó cemento con cuatro centrocampistas (Tchouameni, Camavinga, Modric y Ceballos), más otros dos que oficiaron de laterales (Valverde y Camavinga). El italiano no se guardó ningún medio en el banquillo. En ese escenario, el Madrid se entregó a la vieja receta de balones a Vini, un pozo que se fue calentando según avanzó la noche. El nueve (falso) era Bellingham, con mucha llegada en la segunda mitad, pero sin tino. “Esa posición nos dio mucha ventaja el año pasado”, advirtió Ancelotti sobre el inglés, que apuntó que su esquema favorito, por el sistema defensivo, es el 4-4-2, aunque aclaró que eso no implica poner solo dos delanteros. Este domingo, el martilleo de Vini y el derechazo de Valverde lo liberó, al menos, por unos días.

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