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39 tiros, 26 córner y Jacobo Ramón de palomero. “Si hubiéramos hecho esto en todos los partidos, se podía hacer una temporada mejor”

39 tiros del Madrid, 26 saques de esquina, 10 paradas de Leo Román, Courtois al remate en el área contraria, Jesús Vallejo a la carga y Jacobo Ramón de palomero en el minuto 95. El ataque encabezado por el pichichi Kylian Mbappé (28 tantos en Liga frente a los 25 de Lewandowski, que tiene un partido menos) necesitó todo esto para derrotar al Mallorca y aplazar el alirón cantado del Barcelona.

“Esta noche fue sorprendente. Con un montón de bajas [12], hicimos un esfuerzo extraordinario. Si hubiéramos hecho esto en todos los partidos, se podía hacer una temporada mejor. Nunca he visto un equipo chutar 40 veces como nosotros”, valoró Carlo Ancelotti, agradecido con el empuje de su equipo en un momento en que el riesgo de dejarse llevar era evidente. Mbappé disparó nueve veces; Valverde, ocho; Endrick y Güler, seis; pero el que afinó fue Jacobo Ramón, de 20 años.

El desenlace tuvo mucho de rocambolesco. Fue la primera asistencia en el Madrid de Vallejo. Había subido el meta belga a cabecear el enésimo córner, Fran García metió un balón desesperado a la olla, prolongó el aragonés, que solo sumaba 10 minutos en septiembre, y Jacobo atinó sobre la campana. “He visto un centro, la han peinado, he pensado que iba a ir ahí y no sé cómo, pero la he metido”, describió el joven, que no cabía dentro del cuerpo del alegrón. “No me lo hubiera imaginado y más en el minuto que ha sido. Era mi primera titularidad aquí. Al principio estaba un poco nervioso, pero a medida que han pasado los minutos me iba sintiendo mejor”, afirmó Ramón.

El joven -“un cacho de pan”, según lo definió Courtois- había debutado el 5 de febrero en los cuartos de Copa en Leganés, una noche complicada para él, con un nerviosismo tan evidente que Ancelotti lo disculpó. “No es el que ha jugado hoy”, le defendió entonces el entrenador blanco. “Ha pagado mucho que ha sido su primer partido. Va a hacerlo mejor, estoy convencido. Estaba un poco nervioso y luego ha empezado a tener más acierto”, añadió ese día el técnico.

Volvió a aparecer hace unos días en el final contra el Celta y este miércoles regresó al once blanco por causas de fuerza mayor, las 12 bajas (Lunin y Brahim se unieron por la mañana a Carvajal, Militão, Rüdiger, Alaba, Mendy, Lucas Vázquez, Tchouameni, Camavinga, Vinicius y Rodrygo). Empezó en el centro de la defensa junto a Raúl Asencio, la misma pareja que cerró la temporada pasada con el Castilla en Primera Federación, y terminó el encuentro junto a Vallejo. Las ausencias atrás, las que volvió a recordar Ancelotti, forzaron estos dúos tan inimaginables en agosto.

“A nivel ofensivo lo hemos hecho bien, también si no tenemos un delantero de altura como el año pasado [Joselu] porque en este tipo de partidos sufres un poco más sin él”, comentó Carletto como resumen de la temporada antes de volver a poner sobre la mesa los agujeros atrás. “Hemos encajado demasiados goles por muchas razones. Primero, porque nos han faltado cuatro o cinco defensas casi toda la temporada”, insistió. El italiano, hombre de club que nunca ha reclamado en público fichajes para la zaga por más que resultaran imprescindibles a la vista de la cascada de lesiones, en este epílogo no deja pasar la ocasión de recordar siempre que puede los socavones en defensa que ha tenido que gestionar desde el otoño.

Contra el Mallorca tuvo 12 bajas y, para el domingo en el Pizjuán, recuperará a Tchouameni, que estaba sancionado por tarjetas, y confía en que Lucas Vázquez, Vinicius, Brahim y Lunin también puedan llegar a tiempo.

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